El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha comparecido en el pleno del Congreso de los Diputados para explicar la posición de España en el conflicto entre Israel y Palestina. La comparecencia coincide en el tiempo con la crisis diplomática abierta con Israel, que comenzó tras la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al paso de Rafah y aumentó después de que el presidente del Gobierno mostrase sus dudas sobre que Israel estuviera cumpliendo el Derecho internacional Humanitario. Desde ese momento, la embajadora de Israel en España permanece en Tel Aviv, donde fue llamada a consultas.
En declaraciones a los medios antes de iniciar el pleno, Albares descartó que España vaya a retirar a nuestra embajadora en Israel, Ana Salomón. «Lo que nosotros buscamos desde luego es ayudar a que la paz, la estabilidad, la prosperidad regrese a Oriente Medio». Además, aseguró que las relaciones están bien, que el pasado domingo habló con su homólogo israelí, El Cohen, de nuevo.
Con este contexto, Albares ha realizado una comparecencia de más de media hora, donde ha defendido la postura del Ejecutivo. Si bien es cierto que ha hecho malabares para intentar que sus palabras, coherentes con la postura del Ejecutivo desde que el pasado 7 de octubre Hamas atacó a Israel, no agravaran la crisis. Así, aunque ha vuelto a clamar por el Derecho Internacional Humanitario, ha condenado con rotundidad el ataque de la fuerza insurgente palestina.
Sus palabras, refrendadas por sus socios de Gobierno con un aplauso, han coincidido en el tiempo con un momento en el que dos ciudadanos situados en la tribuna de invitados han desplegado banderas palestinas y gritado consignas como: «Viva la lucha del pueblo palestino, viva la libertad, abajo el sionismo»
Más allá de esa anécdota, durante su comparecencia el ministro ha glosado todos lo momentos en los que a lo largo de estos dos meses de crisis en Oriente Medio España ha sido líder en el discurso internacional. «Hemos asumido desde un primer momento el papel de liderazgo«, ha llegado a afirmar.
Ha recordado que España fue «el primer país que alzó la voz para decir que la cooperación europea con Palestina no podía suspenderse, al contrario, tenía que aumentar». También ha desvelado: «El presidente del Gobierno y yo mismo iniciamos los contactos diplomáticos con nuestros socios europeos e internacionales orientado a la condena del atentado terrorista de Hamas contra Israel». Así mismo, recordó que España fue el primer país en pedir «un alto al fuego humanitario», así como «la celebración de una conferencia internacional de paz».
Esta idea ya la han hecho suya tanto la Unión Europea como la Liga Árabe. Sin embargo, todas las entidades internacionales reconocen que este no es el momento para iniciar esas conversaciones. Si bien todos los agentes reconocen que la solución pasa por el reconocimiento de un Estado palestino, disienten sobre el papel de Hamas. La UE ha exigido su desaparición de la franja de Gaza, mientras los países árabes se abstienen de opinar sobre la presencia de la fuerza terrorista en la zona.
«España enarbola la bandera de la paz«, ha insistido, defendiendo que «las actuaciones del Gobierno son coherentes con la condena más rotunda al terrorismo; con la defensa del Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario, con la protección de las poblaciones civiles»