El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, se ha ido con los demócratas para evitar el cierre de la Administración Pública hasta el 15 de noviembre. Ante la imposibilidad de que la ultraderecha de su partido aprobara una ley que permitiera al Estado seguir desempeñando sus funciones, McCarthy ha tenido que ceder en algunos puntos para lograr así el respaldo del partido de Joe Biden.
El resultado es que la ley ha salido adelante con el apoyo de 209 demócratas y solo 126 republicanos. Con esa medida, los ultras republicanos van a endurecer su oposición a McCarthy. Sin embargo, el hecho de que no tengan votos para dar un golpe en la Cámara y reemplazar al presidente limita su capacidad de acción. En todo caso, la fractura republicana es brutal, con el ala más trumpista del partido alineándose claramente en contra de sus propios líderes. El propio Donald Trump había terciado en el debate. Primero, pidió a los republicanos que dejaran sin financiación específicamente los procesos judiciales en su contra. Después, colgó un mensaje en su red social, Truth Social, en el que decía: ¡HASTA QUE NO LO LOGRÉIS TODO, CERRADLO!
La ley debe ahora ser aprobada por el Senado. En principio, ése no debería ser un problema. Queda, sin embargo, un punto de contención. El Senado ha aprobado, con el apoyo de los dos partidos – demócrata y republicano – un proyecto similar pero con 6.000 millones de dólares (5.670 millones de euros) de ayuda militar a Ucrania. El proyecto de ley aprobado por la Cámara no incluye nada para que ese país pueda seguir defendiéndose de Rusia, en una concesión al ala ultraderechista del Partido Republicano, que simpatiza abiertamente con Vladimir Putin.
El líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, no quiere mantener la ayuda a Kiev. Pero parece improbable que vaya a exponerse a las consecuencias políticas del cierre de la Administración Pública por ello. Es lo mismo que ha pasado al ala moderada y a los demócratas de la Cámara de Representantes, al decidir dejar tirada a Ucrania en la votación.
doble razón
La razón es doble. Por un lado, el argumento de los ultras de que sus rivales están dando prioridad a Ucrania respecto a Estados Unidos, aunque totalmente falso – esos mismos ultras han votado contra esta ley que no incluye dinero para Kiev – es muy eficaz entre los votantes. Por otro, si se logra que el Estado diga operando durante al menos 45 días, hay tiempo para sacar adelante otra ley con ayuda a Ucrania. De lo contrario, toda la agenda legislativa quedaría bloqueada por el cierre de la Administración. Así que la tensión continúa, aunque la sensación generalizada es que habrá acuerdo.
La ley aprobada por la Cámara incluye algunas modificaciones importantes para los demócratas. Entre ellas, está la continuación del programa de cupones de comida del Estado federal, del que dependen la friolera de 42 millones de estadounidenses para alimentarse. También se incluye el mantenimiento de la ayuda de emergencia en caso de desastres, que está siendo empleada en un sinnúmero de áreas afectada por desastres naturales o, simplemente, sequías. Finalmente, no incluye un refuerzo de la lucha contra la inmigración ilegal.