El zoo de Madrid no se quedará sin sus emblemáticos pandas

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China dejó de regalar pandas gigantes en 1982. Quería proteger de la extinción a su emblema nacional. Pero como el animal se había convertido en una de sus armas diplomáticas más eficaces para hacer amigos y cerrar buenos acuerdos comerciales, decidió que continuaría repartiendo a parejas de pandas por todo el mundo, pero en régimen de alquiler: préstamos a corto plazo, de 10 a 20 años, con un billete de vuelta a casa asegurado.

En el zoo de Madrid acabaron en 2007 Hua Zui Ba y Bing Xing, obsequio de Pekín tras una visita de Estado del Rey Juan Carlos y la Reina Sofia. Veteranos diplomáticos españoles aseguran que fue un gesto de agradecimiento a España porque el entonces Gobierno de Zapatero había apoyado el fin del embargo europeo de armas a China, vigente desde la matanza de Tiananmen.

El contrato de arrendamiento de estos dos simpáticos mamíferos (el macho tiene 23 años y la hembra 21) se acaba este año. Pero China no dejará sin pandas a España, uno de sus «buenos amigos» (dicho por funcionarios chinos) dentro de la Unión Europea. Esta semana, el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, prometió que su país enviará a Madrid otros dos ejemplares más jóvenes.

Quiénes. Hua Zui Ba y Bing Xing llegaron en 2007 como obsequio de Pekín tras una visita de Estado del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía. Por qué. Fue un gesto en señal de agradecimiento por el apoyo al fin del embargo europeo de armas, pero era un préstamo por unos años. Cuándo. Ahora que se acaba el arrendamiento, China enviará otros dos mamíferos tras la visita esta semana del jefe de la diplomacia china, Wang Yi.

Wang (70 años), ministro de Exteriores de la segunda potencia mundial, ha estado esta semana dando un notorio paseo por España, donde han agasajado y extendido la alfombra roja al hombre fuerte del presidente Xi Jinping en política exterior. Este pez gordo de Pekín, un gran malabarista en los delicados juegos geopolíticos actuales, primero fue recibido en Córdoba por su homólogo José Manuel Albares. Pero el plato fuerte le esperaba en Madrid, con audiencias en Zarzuela con el rey Felipe VI y en Moncloa con el presidente Pedro Sánchez.

En Pekín gusta que España, a pesar de tener con el gigante asiático uno de los mayores déficits comerciales de la UE, no se haya sumado en público a la corriente europea que habla de desacoplamiento económico. Tampoco es uno de los países que suelen leer la cartilla al régimen en cuestiones de derechos humanos.

El recibimiento a Wang por todo lo alto ha caído en gracia en China, que va a abrir algunas de sus habituales herméticas puertas a más empresas españolas de diferentes sectores, desde cosméticos al vino. Aunque el gesto que se ha hecho público ha sido el levantamiento del embargo a la carne de ternera de origen español. Más de dos décadas llevaba la carne de res de la UE sin entrar al país asiático por los casos que hubo de la enfermedad de las «vacas locas».

Pero si algo ha destacado la prensa estatal china del viaje de Wang ha sido el compromiso de Albares de mantener «la firme adhesión de España a la política de una sola China». Este tipo de declaraciones escuecen mucho en Taiwan, la isla que funciona independiente de facto pero que apenas una docena de países reconocen su soberanía.

En Taipei, lo primero que recuerdan al preguntar sobre sus relaciones con Madrid, es que España es el país del mundo que más taiwaneses ha deportado a China. En declaraciones a este periódico de un alto funcionario taiwanés: «España siempre ha sido muy antipática con nosotros. Es el país con el que menos relaciones tenemos dentro de la UE, el que menos simpatiza con nuestra lucha. El Gobierno español es pro China».