• gran angular América Latina está cambiando para protestar contra el golpe, pero las dictaduras tienen cada vez más impunidad

La revuelta indígena se interpone en el camino de los golpes. Una voz filtrada con una serie de diatribas de Evo Morales confirmó lo que sí era una vox populi: El expresidente boliviano quiere más poder interno. El conflicto tripartito entre sus familiares, el grupo del presidente, Luis Arce, y el vicepresidente, David Chuquihuanca, mantiene en vilo al Movimiento Al Socialismo (MAS), precisamente cuando la internacional arremete contra la detención del gobernador de Santa Cruz. , el opositor radical Luis Fernando Camacho.

En el campo generalizado: ¿Cuánto tiempo estaremos con Lucho (Luis Arce)? ¿Qué está haciendo, cuándo lo vamos a sacar? Ars Por supuesto, incluso están considerando verse obligados a cancelar su mandato, lo cual es extremadamente improbable en las circunstancias actuales.

El propio Morales respondió: “Los militantes de la derecha interior están tratando de usarnos en nuestra contra para influir en la unidad del MAS. Una vez más condenamos la persecución y el espionaje de quienes usan la mentira para dividirnos”.

Lo cierto es que Morales es protagonista de un fenómeno político muy visto en América Latina: El líder que apuesta por su sucesor y luego quiere retener el poder. Esto ya pasó en Colombia con Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos y en Ecuador con Rafael Correa y Lenín Moreno.

Morales también lucha por blanquear su imagen pública tras incursionar en el fraude electoral de 2019 y varios escándalos en torno a sus relaciones personales. Evo es el mayor aliado de las tres dictaduras en América Latina y uno de los principales defensores del presidente ruso Vladimir Putin. El Congreso peruano acaba de declararlo persona non grata por su apoyo incondicional al golpista Pedro Castillo.

“No hay diferencias ideológicas profundas, lo que notamos es que el presidente Ares, que se presentó como una versión más moderada, resultó ser una persona muy cerrada a escuchar otras voces, y nunca quiso encontrarse con empresarios o industriales. es una persona solitaria, rodeada de gente común, a diferencia de Evo, que eligió a destacados intelectuales y profesionales, incluso independientes, hasta 2010. Esto provocó enfrentamientos innecesarios, como el censo, los planes de estudio, la política de pandemia y la represión. Evo, un animal político, quiere imponerse en asuntos agrícolas y relaciones exteriores, y aquí chocan. Tampoco consiguió meter en el gobierno de Ars a gente de confianza”, explica a EL MUNDO el historiador Loup Caggias.

La lucha ha llegado incluso al grupo parlamentario oficial, que se divide entre Radicales y Renovadores. Uno de ellos, el expulsado Rolando Enríquez, arremetió contra Evo luego de que se publicara el polémico audio: “No nos temblarán las manos para procesar al señor Morales por los delitos de concierto para delinquir y atentado contra el presidente Arce”.

Del otro lado, el ala más dura, los seguidores del quechua Morales atacan sin piedad al aymara choquehuanca, a quien acusan de hablar mal del MAS y de intentar ilegalizarlo.