Cuando se dice que el ataque terrorista del grupo yihadista Hamas ha golpeado al campo pacifista israelí no se trata solo de una conclusión teórica. El peor atentado en la historia de Israel segó también la vida de activistas que la dedicaron durante décadas a la lucha por un acuerdo de paz y sobre todo la plena convivencia con los palestinos y en concreto con los gazatíes.
Uno de los casos más conocidos es el de Vivian Silver que este martes ha tenido un triste desenlace. Sus restos fueron hallados e identificados en su casa, completamente quemada, en el kibutz Beeri cerca de la frontera con la Franja de Gaza. Su familia y amigos tenían la «esperanza» de que la israelí-canadiense fuera una más entre los 239 secuestrados por Hamas y Yihad Islámica en el ataque del pasado 7 de octubre que fue realmente brutal en su comunidad.
«Su casa estaba completamente quemada lo que explica la dificultad para identificarla y saber qué pasó», cuenta triste y emocionada su amiga Shifra poco después de conocer la noticia que no quería recibir en las últimas semanas.
Silver, de 74 años, era una de las figuras más importantes de Mujeres hacen la Paz. De hecho, fue en 2014 una de las fundadoras de esta asociación que combina la causa feminista y de la paz entre israelíes y palestinos. Silver era conocida por ejemplo por gestionar y transportar gazatíes enfermos, especialmente niños, desde el puesto de control fronterizo de Erez a hospitales en Israel. «Nuestros corazones están destrozados. Vivian era una humanista, amante de la paz, sabia y firme», reaccionan desde la organización, de luto por su asesinato. Su hijo Yonatan Zeigen no renuncia a su camino. «Su muerte refuerza la aspiración por la paz», aclara al diario Haaretz.
Nacida en Winnipeg (Canadá), Silver se trasladó a Israel en 1974 y formó parte de varias asociaciones a favor de la paz entre israelíes y palestinos basado en la solución de dos Estados. También promovió y participó en actividades para fomentar la convivencia entre los judíos y árabes en Israel y, por ejemplo, ayudar a la integración de los beduinos.
Pese a las escaladas, bombas y proyectiles en varias escaladas desde el 2009 o quizá debido a ellas Silver defendía la convivencia con los gazatíes. Independientemente de que el enclave palestino vecino estuviera controlado por el grupo yihadista a favor de la destrucción de Israel. «Tenemos muchas más cosas en común que diferencias», decía destacando sus «relaciones personales y amistosas con personas del otro lado de la frontera».
«Qué tristeza. Fue asesinada en la brutal matanza en el kibutz Beeri. Vivan era una mujer que luchaba por los derechos humanos la paz, la concordia y compasión», señala el ex diputado del partido de izquierdas Meretz, Mossi Raz que recuerda: «Revisando sus correos electrónicos, uno me escribió: Invitación a un evento histórico en el kibutz Beeri con representantes de la Autoridad Palestina».
Durante el ataque en la mañana del llamado ‘Sábado Negro’ en el que varios miles integrantes del brazo armado de Hamas y civiles se infiltraron en decenas de kibutzim, ciudades, bases fronterizas y un festival de música, Silver se escondió en un armario de su casa en el kibutz Beeri y envió un mensaje a su hijo: «Bueno, los terroristas están aquí». «Estoy contigo», le respondió a lo que la madre replicó: «Te siento (conmigo)». Efectivamente, los efectivos de Hamas estuvieron en su casa y la quemaron asesinando a una mujer que hasta el último de sus días defendió una visión del mundo radicalmente diferente a la de sus verdugos.