El Otro Diario

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Israelíes y palestinos, sumidos en una espiral cada vez más peligrosa

  • Israel Los Seis Frentes de la Sexta Coalición de Netanyahu

Los enfrentamientos armados siguieron a una incursión militar israelí en la ciudad de Naplusa, que acabó con la muerte del ciudadano Ocho activistas y tres civiles palestinosLa reacción desde Gaza con misiles hacia Israel y la posterior respuesta aérea israelí contra el movimiento islamista Hamás plantea la perspectiva de una explosión de violencia que parta en mil pedazos el cuadro de una situación que, aunque muy tensa y mortífera, aún existe. bajo control.

El ciclo de represalias mutuas, inestabilidad en Israel centrado y agitado en torno a la propuesta escindida del gobierno de reformar el poder judicial, la Autoridad Nacional Palestina frustrada (ocupación, colonias, etc.), agotada (el presidente Abu Mazen en su declive no convoca elecciones desde 2006) y sin control en Jenin y Naplusa frente a milicias veteranas (Hamas, Jihad, Fatah…) y nuevas (The Lions’ Den), enfrentamientos armados con palestinos víctimas de redadas israelíes y ataques de «lobos solitarios» palestinos , incluidos menores, inspirados también por la incitación en las redes, forman un panorama muy pesimista.

Mediadores estadounidenses y egipcios miran con furia una contrarreloj ante el objetivo que ven en un mes: el Ramadán, fecha habitual de tensión por el elemento religioso (la plaza de las mezquitas o el Monte del Templo) en Jerusalén. Estados Unidos dice que comprende las «necesidades de seguridad» de Israel, pero reconoce que el aumento del número de muertos en Naplusa podría «dañar los esfuerzos para restaurar la calma». tu portavoz, precio de nedLlamó a las partes a abstenerse de «medidas unilaterales que podrían aumentar las tensiones».

Tras el reciente anuncio israelí, en respuesta a los tres atentados en Jerusalén, de organizar nueve enclaves ilegales y aprobar la construcción de miles de viviendas en los asentamientos de Cisjordania, Estados Unidos empezó con el primer ministro Benjamin Netanyahu, que se apoya en un ultranacionalista gobierno. Partners, comprometiéndose a no realizar acciones similares en los próximos meses para “reducir el estrés”. Los palestinos, que participaron en las negociaciones, afirmaron que Israel se comprometió a reducir sus incursiones en los territorios que ocupó en la guerra de 1967. De ahí su enorme enfado por la acción en Naplusa, que el ejército israelí justifica afirmando que el objetivo es “ detener» a los terroristas que realizaron atentados y planearon otros.

El miércoles, Hamas informó a Egipto que no quiere ni puede impedir que el movimiento Jihad Islámico vengue el asesinato de varios de sus líderes. Sus seis proyectiles contra Israel no causaron muertos ya que habían sido neutralizados previamente Cúpula de hierro. Tampoco hubo muertos en el ataque israelí a una base y fábrica de armas de Hamás en Gaza, donde horas después el Coordinador Especial de Naciones Unidas, Tor Wiensland, se reunió con líderes fundamentalistas en un intento por frenar el deterioro antes de que fuera demasiado tarde. Los 33 cohetes disparados el mes pasado contra el sur de Israel duplican la cifra de todo 2022 si excluimos los tres días de enfrentamiento en agosto entre Jihad e Israel.

Una nueva escalada es posible, aunque Israel, Abu Mazen y Hamas no la quieran. De Gaza, bajo el control del Grupo Islámico y con proyectos de reconstrucción, salen todos los días 17 mil palestinos a Israel para trabajar Esto alivia la precaria situación del enclave costero. Una nueva guerra cerrará sus puertas. En conjunto, Hamás advirtió que la incursión en Naplusa tendría respuesta por los muertos y por su filosofía de unir Gaza, Cisjordania y Jerusalén. Su vocero, Hazem Qassem, advierte que “nuestro pueblo de todos los colores continuará la gran revolución a pesar de las masacres. La resistencia prueba la ecuación que dice que a la bomba se le responde con una bomba”. Pero Hamás prefiere que la respuesta no venga de Gaza, sino de Jerusalén, por ejemplo, como ocurrió con los recientes ataques, a los que alienta por todos los medios.

En lo que va de 2023, 61 palestinos han muerto por fuego israelí (en su mayoría milicianos en enfrentamientos durante redadas, autores de atentados o en disturbios) y 11 israelíes (10 civiles y 1 policía) en ataques armados palestinos recuerdan las cifras del primer bimestre de 2001 en la segunda intifada. Otro motivo por el que analistas y dirigentes hablan de la posibilidad de un nuevo levantamiento.