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  • America Ecuador se defiende ante condena internacional por ataque a embajada de México

¿Quién es Jorge Vidrio? Las búsquedas en Google se han disparado desde la noche del viernes cuando comandos del Bloque de Seguridad Ecuatoriano atacaron la embajada de México en Quito para arrestar al hombre de confianza de Rafael Correa, líder de la Revolución Ciudadana y amigo desde la infancia, cuando eran niños. reflector En el Colegio Cristóbal Colón de Guayaquil.

A Glass, de 54 años, ni siquiera se le permitió celebrar el asilo político concedido horas antes por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, estrecho aliado de su jefe político.

La vida de quien fue dos veces vicepresidente, primero con Correa y luego con Lenin Moreno, y que además fue condenado dos veces por corrupción, volvió a cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Desde el sábado duerme en La Roca, una prisión de máxima seguridad, con otros cincuenta presos de primera categoría: políticos corruptos, jefes de bandas, narcotraficantes…

“Dios y la historia ponen a cada uno en su lugar”, dijo Glass el año pasado, una frase que volvió a atormentarlo como una mutación cruel. Cuando Rafael Correa dudaba de su sucesión al final de su mandato, consideró nombrar varias veces ministro a su gran amigo, el peso pesado de la Revolución Ciudadana y su compañero de fórmula en las elecciones presidenciales de 2013. Su falta de carisma y de las encuestas de opinión acabaron por elegir a Lenin Moreno, quien durante la campaña electoral no dudó en empezar a distanciarse de sus correligionarios, ambos corruptos.

Moreno asumió el cargo en mayo de 2017, y apenas tres meses después decidió soltar lastre quitándole todas sus funciones a la vicepresidenta Glass en medio del fuego cruzado de Correa, que aún ostentaba plenos poderes. El Ministerio Público ya lo había «firmado» y poco después se dictó la primera sentencia: seis años de prisión en el caso Odebrecht.una constructora brasileña que socavó los cimientos de la democracia en el continente mediante sobornos multimillonarios.

“Hay momentos en que las buenas mujeres y hombres tienen que pagar las consecuencias”, explicó en una carta a sus hijos. De esta manera, Glass inició su estancia de cinco años en prisión, durante los cuales fue juzgado nuevamente en la causa que también se seguía contra Correa en el famoso caso de sobornos.

El fracaso del asalto a la Contraloría General durante la toma indígena de Quito para destruir la Puebla se anotó en contra de ambos, quienes recibieron el mismo castigo: ocho años de prisión por liderar una estructura criminal que recibía dinero de contratistas privados a cambio de servicios públicos. recompensas.

Pese a las condenas y pruebas, Glass figuraba entre los “afectados” por la llamada “guerra judicial” (persecución judicial), una herramienta de propaganda utilizada por líderes de izquierda, revolucionarios y populistas en América Latina, que luego fue exportada a España. . La férrea defensa de sus aliados del grupo de Puebla llegó incluso a emitir un comunicado denunciando la ejecución del caso de tumores malignos, en el que el Ministerio Público demostró los vínculos de Glass con el famoso narcotraficante Leandro Norero, quien iba a ofrecer un soborno al juez que ordenó la liberación del ex vicepresidente de Corea.

varios Emitir una citación Los polémicos finalmente lograron restaurar la libertad de Glass a finales de 2022, a tiempo para que se hiciera cargo de la campaña presidencial de su partido, con Luisa González como candidata. Los Choristas perdieron la elección ante Daniel Noboa, el mismo que decidió el ataque del viernes pasado.

«violencia sexual»

Entre derrotas electorales y condenas judiciales, Glass también estuvo implicado en el escándalo de “violencia sexual y acoso psicológico”, que fue denunciado por una de sus más cercanas colaboradoras, Soledad Padilla. Este es un tema que también afectó a Corea.

Durante 16 años, la mujer trabajó cerca de Glass e incluso lo visitó regularmente en prisión. Una relación que estalló cuando Padilla informó a Glass que su nuevo socio era otro diputado corista. «Normalicé los abusos, amenazas e insinuaciones inapropiadas de mi vida personal, mi apariencia física y mis relaciones. También tomé conciencia de las acciones controladoras y sumisas que Jorge Glass ejercía hacia mí y la constante amenaza de dejarme sin trabajo», Padilla lo reveló públicamente a finales del año pasado. Glass contraatacó con una denuncia por extorsión.

Este escándalo precedió al nuevo giro en la vida de Glass. Las acusaciones del Ministerio Público en un caso de tumor maligno derivaron en la emisión de una orden de aprehensión en su contra y la cancelación de su libertad condicional. Glass decidió huir y se refugió en la embajada de MéxicoPrimero como huésped y luego el viernes pasado como solicitante de asilo, pese a una denuncia del Gobierno ecuatoriano que lo consideró un “acto ilegal”. No queda rastro de otra frase pronunciada frente a periodistas de TeleSur: «Preferiría ser un prisionero inocente que un cobarde fugitivo»..

Glass recurrió a las redes sociales el viernes para declarar la victoria (“¡No se puede vencer a alguien que nunca se rinde!”). Pocas horas después, en medio de una crisis diplomática provocada por las provocaciones de López Obrador, la inédita acción ordenada por Noboa, rechazada por la comunidad internacional, acabó con su libertad, marcada durante años por la corrupción.