Kathryn Meyer, autora de Heart of a King, que generó controversia al revelar temores de isabel II Ante la posibilidad de que su hijo Carlos rompiera con la proverbial neutralidad de la monarquía y se convirtiera en Rey incondicional«.

Nacida en 1961 en Estados Unidos y ciudadana británica, de corazón «republicana» pero cercana a la monarquía desde hace más de tres décadas, Meyer admite su aprecio personal Rey Carlos Destaca cómo ha conseguido ser «más popular de lo que mucha gente piensa» en tan poco tiempo.

Sin embargo, según Meyer, su ascenso al poder se produce en medio de una «tormenta perfecta» para la causa republicana, con un escándalo sexual. Príncipe Andrés Aún coleando, el fiasco del «Proyecto Megan» y desprecio Crecimiento hacia la monarquía entre los jóvenes británicos (alrededor del 40% apoya su abolición).

Según su biógrafo, Carlos también está librando «su pulso personal contra el fantasma de su madreAtrapados en las luchas internas de la ‘Corte del Lobo’ de Hilary Mantel, se ven obligados a modernizar la monarquía y romper el antiguo velo de secreto y falta de transparencia.

Todo lo ocurrido en los últimos meses, desde la falta de respuesta a las acusaciones del príncipe Harry en su autobiografía ‘en las sombras’ hasta el silencio oficial ante las revelaciones guardián Sobre la fortuna personal del Rey (que podría superar los 2.000 millones de euros), se encontraba a su juicio a expensas de la percepción británica de la familia real en plena crisis del coste de la vida.

Megxit, ¿el principio del fin de la monarquía?

«Guillermo y Kate decidieron mantener un ‘gracioso silencio’ ante las revelaciones de Enrique, que también afectaron mucho la ‘rehabilitación’ de Camila», advierte Meyer. «Su historia ayudó a resaltar algo que ya había dicho en mi biografía en 2015». él La competencia que existe dentro de la familia real Y cómo las personas que trabajan para ellos pueden manipular a la prensa y apuñalarse por la espalda”.

Meyer afirma que Megist podría ser «el principio del fin de una monarquía en la que no se podía confiar para ser popular». El biógrafo vivió el colapso de los matrimonios reales en la década de 1990 y el drama de la muerte de Diana. Isabel II tardó casi dos décadas en restaurar el brillo perdido a «La Compañía», pero la sucesión de escándalos sin resolver en sus últimos años fue peor «herencia» que su hijo pudo recoger.

La familia real aún no supo cómo responder Acusaciones de racismo institucional Lo cual surgió a raíz del fracaso de Enrique y Megan, que fue la apuesta en la que se apoyaron para modernizar el inmueble”, confirma Meyer. Lo ocurrido tuvo un grave impacto en las minorías étnicas y en la percepción de la monarquía en los ‘reinos’ donde Carlos sigue siendo jefe de Estado».

Meyer aborda el tema del «rey renuente», que también surgió como desenlace de su libro, y recuerda que fue Diana quien llegó a decir en su momento que Carlos no quería ser rey. Lo que entendió la biógrafa, en su contacto directo con el entonces Príncipe de Gales, fue una tensión personal por su «fuerte implicación en sus organizaciones benéficas y en causas como la medioambiental» y el compromiso de dejarlo todo llegado el momento. Es hora de recoger la varita de la corona.

La biógrafa sostiene que las finanzas, por la facilidad con que aceptó donaciones a su fundación, pueden ser El talón de Aquiles en su reinadoy que contribuiría más a fomentar el sentimiento pro-republicano, que rara vez superó el 25% durante el reinado de Isabel II.

“Durante décadas, la monarquía fue la institución más respetada por los británicos después del Sistema Nacional de Salud (NHS)”, dice Meyer. «La reputación del NHS se ha derrumbado en tan solo un par de años. La inestabilidad política, la falta de confianza en las instituciones, el surgimiento del populismo… todos estos son factores que podrían generar cambios bruscos en el Reino Unido». A ver si la monarquía puede superar los disturbios«.