Este jueves, Francia celebra una nueva jornada de huelga general en protesta por la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron. Es el noveno, pero hay una diferencia entre este y los ocho anteriores: La calle está cada vez más caliente desde el jueves pasado, cuando Macron decidió aprobar la ley impopular por decreto, sin votación parlamentaria, a pesar de que el estado estaba en contra. Intervención ayer en TV, confirmando que no retirará el proyecto, la subasta estaba hecha.
Macron habla, la calle responde. Si la reforma de las pensiones es la madre de todas las reformas, hoy es la madre de todas las huelgas. Las principales ciudades francesas han protagonizado protestas y hay bloqueos en sectores clave como el transporte. Esta mañana, un grupo de manifestantes bloqueó el acceso a la Terminal 1 del aeropuerto parisino Charles de Gaulle, mientras que el 20% de los vuelos fueron cancelados en el aeropuerto de París-Orly. Aviación Civil también solicitó la cancelación para el viernes.
En ambos aeropuertos, las reservas de combustible están al límite debido a la huelga en algunas refinerías del país. Esta escasez afecta ya al 15% de las estaciones de servicio. En la Gare de Lyon de París, algunos manifestantes con carteles de la CGT asaltan las vías Hay problemas en el metro, las líneas regionales y los trenes de cercanías, con un 25% a favor de la huelga en la empresa ferroviaria francesa SNCF.
Por hoy estoyEl Ministerio del Interior movilizó a 12.000 policías y gendarmes5.000 para París, un dispositivo similar al desplegado durante la final de la Copa del Mundo, en la que Francia se enfrentó a Argentina.
Desde el pasado jueves, cuando se aprobó por decreto la reforma de las pensiones, las protestas se han repetido a diario en todo el país, manifestaciones espontáneas y no autorizadas que acabaron en quema de contenedores y barricadas, acusaciones policiales y enfrentamientos entre agentes y manifestantes, especialmente en París.
la semana pasada el fantasma se ha levantado Chaquetas amarillas, el movimiento de protesta que marcó el primer mandato de Macron. La movilización de hoy, convocada por los sindicatos, servirá como termómetro para evaluar si la ira crece ante una rebelión similar o, por el contrario, la movilización pierde agudeza.
Mientras la calle mantiene el pulso, el gobierno acusa a la izquierda radical de La France Insumisa, encabezada por Jean-Luc Melenchon, de alentar las inundaciones. Este denuncia el exceso de violencia en las cargas policiales en los últimos días. En Marsella se manifestaron 280.000 personas, frente a las 160.000 del día anterior, el 15 de marzo, según los sindicatos. Las marchas se repiten en las principales ciudades del país. La fiesta en París comenzará a las 14:00 horas y se trasladará desde la Plaza de la Bastilla hasta la Ópera Garnier.
Macron se dirigió el miércoles a los franceses en una entrevista televisiva para asegurarse de que avanzan en la reforma, a la que se oponen siete de cada 10 y que pretende retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 ahora. tieneTras aprobar dos mociones de censura el lunesUno de ellos, con una diferencia de sólo nueve votos, que buscaba derribar el proyecto y el gobierno.
Y el Presidente de la República decidió, sin mayoría en las Cortes, el pasado jueves, recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, que permite la aprobación de una ley sin pasar por el voto de los diputados. Los sindicatos y la oposición lo acusan de imponer su ley por la fuerza, a pesar de que el Estado está en contra. Los sindicatos, que por primera vez en décadas se han unido contra la reforma, dijeron que seguirán movilizándose. Al bloqueo se suma el 24% de los huelguistas de la educación nacional.En París, la huelga de los basureros ya entró en su tercera semana, con 10.000 toneladas de basura esparcidas por toda la capital.