La policía peruana irrumpió esta mañana en las instalaciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para desalojar a la fuerza a los manifestantes que permanecían en Lima tras su participación en la toma de la capital el pasado jueves. Un pequeño ejército de clientes. Rieles con tanques colapsados Para que el complejo académico tuviera acceso a su interior, luego de que el Consejo Universitario denunciara las lesiones de algunas de las personas que buscaron refugio en él al herir a su personal de seguridad, además del robo de sus camperas y equipos electrónicos.
manifestantes, La mayoría son estudiantes e indígenas.Fueron reducidos a grupos, tendidos en el suelo con las manos sobre la cabeza o las rodillas. Han estado en el campus desde el miércoles, la víspera del mitin, que al día siguiente se convirtió en una batalla campal en torno al Congreso. Más de 200 personas han sido detenidas, según ha confirmado el fiscal, Alfonso Barnescia.
Las denuncias de prepotencia, abuso y maltrato se sucedieron desde el primer momento antes de la intervención que se esperaba desde el día de la marcha. De inmediato, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos exigió al gobierno «legitimidad y proporcionalidad» en la intervención, así como las garantías del debido proceso. El Ministerio Público también se presentó en las instalaciones dos horas después de que ingresaran los policías. Impactantes imágenes de decenas de detenidos, esposados en el suelo, cubrieron al instante medios y redes sociales peruanos.
Un hecho sin precedentes en San Marcos, La autonomía de la universidad fue violada en mayor grado. Vladimir Cerón, líder de Pero Liber (PL), el partido de izquierda radical que apoya al golpista Pedro Castillo, respondió: «Nada puede justificar una intervención».
Gobierno dina polwart Optó por la mano dura tras el fracaso de la toma del jueves, que no logró llenar las calles de la ciudad, ni atacar las instalaciones eléctricas de la capital. En cambio, en el sur de los Andes continúan el paro y las protestas en demanda de la renuncia del presidente y el cierre del Congreso. Un manifestante perdió la vida durante los enfrentamientos, que se repitieron anoche en Puno, elevando la cifra de muertos a 56.