• Perfil María Corina, la esperanza en Venezuela tiene nombre de mujer

«Los invasores se colocaron delante del tractor y quisieron agredir al conductor. Yo me interpuse y es entonces cuando me dan el machetazo. Iba dirigido al cuello muy fuerte, por lo que yo me protejo con el brazo izquierdo y recibo el golpe. Ya herido, en el suelo, me siguen golpeando. Fue un ataque premeditado», relata a EL MUNDO el agricultor canario Alexánder Rodríguez, agredido ayer en su finca de Los Mangos por un grupo de invasores comandado por un miliciano chavista.

El emigrante español aposentado en Acarigua, en los llanos venezolanos, luce hoy una herida con más de 40 puntos, un enorme tajo que le ha dañado el músculo. «Fue otro intento de asesinato, ya van tres desde diciembre pasado», explica a este periódico.

El ataque de los chavistas, que forman parte de una cooperativa llamada Hortalizas para el Pueblo, provocó la repulsa inmediata no sólo de sus conocidos más cercanos y de activistas locales. «Todo mi apoyo a Alexánder Rodríguez y a cada uno de los productores honestos de Venezuela. Vamos a construir un país donde se respete la ley, la propiedad privada sea sagrada y el Estado esté al servicio del ciudadano. ¡Mucha fuerza, no están solos!», reaccionó María Corina Machado a través de sus redes sociales tras presenciar el video de las consecuencias físicas sufridas por el español tras el ataque.

La historia de Rodríguez es uno de los ejemplos más crueles del asedio de la revolución contra los agricultores españoles de estados como Portuguesa y Yaracuy. Hace cinco años, EL MUNDO recogió el calvario que sufre Rodríguez («La pesadilla chavista de un agricultor canario»), y que no ha cedido con el paso del tiempo. «Ya casi no queda nada por robar, ahora ya van directamente a por la tierra», asegura tras sustraerle 650 toros y vacas y haber destrozado 14 tractores, una cosechadora y un camión.

La última operación en su contra la comandó el Instituto Nacional de Tierras (INTI), que le notificó un plazo de 45 días para que abandonara sus tierras. El recurso de Rodríguez ante el Tribunal Agrario, en cambio, sí tuvo efecto, por lo que se frenó el procedimiento. El agricultor continuó con la cosecha de maíz, que los invasores intentaron sustraer en su última acometida.

La lucha del agricultor español cumple más de una década de asedio contra sus fincas Los Mangos, El Carmen y Las Canoítas. Hijo de canarios de La Gomera, Rodríguez ha trasladado a Madrid a su familia tras ser amenazados de muerte, mientras él permanece al pie del cañón, sabedor de la violencia de sus asaltantes y ejemplo de resistencia frente a la impunidad revolucionaria. «He seguido luchando y batallando, con todo mi empeño. Pero no hay forma de pararles, aquí reina la impunidad», subraya Rodríguez, que denuncia la implicación de funcionarios de la Defensoría del Pueblo en su contra.

La embestida contra Rodríguez airea una vez más las lacras que han destruido Venezuela, en este caso en la zona que hasta hace poco era reconocida como el granero del país petrolero. La invasión de fincas, el robo continuado y la impunidad impactaron directamente en la producción de alimentos, agudizando la escasez y el abastecimiento de hace años. El campo se intenta reponer a duras penas, mientras el gobierno de Maduro ha abierto las puertas de la importación de par en par tras la dolarización de facto de su economía.