Milei visita la Casa Blanca y se va satisfecho: "Fue una excelente reunión"

  • Relaciones Javier Milei, el ultraliberal que promete poner patas arriba a Argentina y llevar a mínimos el vínculo con España
  • Latinoamérica Encontrar el modo de que Lula y Milei se entiendan: días de delicada ingeniería diplomática entre Brasil y Argentina

Si en Buenos Aires se observaron en los últimos días generosas dosis de pragmatismo por parte del futuro gobierno, este martes fue el turno de Washington DC: la Casa Blanca abrió sus puertas a Javier Milei, presidente electo de Argentina, dejando de lado las principales diferencias para centrarse en los puntos en común.

«Fue una excelente reunión. Estamos muy satisfechos y muy contentos con lo que ocurrió en la reunión», dijo Milei tras abandonar la casona de la Avenida Pennsylvania. «Hablamos acerca de la situación argentina y los desafíos que tenemos en este gobierno y cuál es nuestra postura a nivel internacional», añadió.

La muy mala situación de la economía argentina fue abordada en el encuentro: «Hemos planteado justamente todos esos temas. Hemos hablado de la situación económica y social de la Argentina en este momento y también hemos hablado de lo que será el nuevo encuadre internacional de la Argentina dentro de las naciones que respetan la libertad». Léase, cero tolerancia con regímenes como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, un tema que importa mucho en la administración de Joe Biden.

Era la reunión más importante del día. En la Casa Blanca no estaba Biden, de visita en otro Estado, pero el inminente presidente argentino fue recibido por dos de los hombres que más influyen en política exterior: el titular del Consejo de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y el hombre a cargo de América Latina en ese organismo, Juan Sebastián González.

Más allá del secretario de Estado, Antony Blinken, Sullivan y González son los hombres a los que escucha Biden a la hora de tomar decisiones en América Latina. En los últimos años ambos, pero sobre todo González, habían entablado una relación muy fluida con Sergio Massa, el candidato peronista derrotado en las recientes elecciones. Ante el nuevo panorama en Argentina, el desafío de entenderse con un Milei que exhibe sin tapujos su admiración por Donald Trump.

Las diferencias son enormes en la economía y en el cambio climático, dos de las obsesiones del gobierno de Biden, junto con el fortalecimiento de las instituciones democráticas y los derechos humanos, que no son necesariamente las prioridades del presidente electo argentino. Pero la Casa Blanca hizo el esfuerzo con otros líderes en el pasado y lo hará con Milei para sobrevolar las diferencias y encontrar «áreas de prioridades en común».

«Queremos seguir buscando formas de cooperar con la Argentina», había dicho el lunes en la sala de prensa de la Casa Blanca el director de Comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. «Esperamos escuchar las ideas del presidente electo y dónde quiere ir con sus políticas y asegurarnos de mantener el canal de comunicación abierto».

Además del presidente electo, a la reunión en la Casa Blanca asistieron Luis Caputo, su presumible ministro de Economía, y Nicolás Posse, su designado jefe del Gabinete de Ministros. Milei fue acompañado también por su hermana Karina, su asesor Santiago Caputo y el presumible próximo embajador en los Estados Unidos, Gerardo Werthein.

Milei sorprendió al no asistir a las reuniones programadas para este martes con el Departamento del Tesoro y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Envió a Luis Caputo y a Posse, dos de sus hombres de mayor confianza. El presidente electo hizo saber que no tenía mucho más que conversar tras la videoconferencia de una hora que mantuvo la semana pasada con la directora gerente del organismo, la búlgara Kristalina Georgieva.

La preocupación por la ausencia de Milei debe haber sido mínima en el FMI: por primera vez en las históricamente tormentosas relaciones entre el organismo y Argentina, un inquilino de la Casa Rosada anuncia que su programa económico y sus recortes serán más duros que lo que le piden desde Washington.

«No hay plata», viene repitiendo Milei en los últimos días. «El tamaño de la crisis que vamos a tener va a ser homérico», añade el ultraliberal.

Milei, que este miércoles estará ya de regreso en Buenos Aires, sorprendió el lunes con su encuentro con el ex presidente Bill Clinton y el ex senador Christopher Dodd, dos «pata negra» del Partido Demócrata, al que el nuevo presidente argentino siempre consideró «socialista» y contrario al buen manejo de la economía. Dodd, con décadas de experiencia en política exterior, es el enviado especial de Biden para América Latina.

El encuentro con Clinton, presidente entre 1993 y 2001, tiene la marca de Werthein, un poderoso empresario de relación directa con el ex mandatario estadounidense, al que sentó a cenar con Massa dos años atrás durante una gira del peronista por Estados Unidos.

«En Estados Unidos hay un gran trabajo, una gran colaboración para ayudar a la Argentina para que pueda salir adelante. Me impresionó la calidad con la que Milei pudo explicar cada una de las preguntas que le fueron haciendo. Tiene una visión muy clara de lo que hay que hacer», dijo Werthein en declaraciones a la señal de noticias LN+.

Miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) y ex presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Werthein es uno de los empresarios más poderosos del país, con inversiones en múltiples ámbitos, también en medios de comunicación. Su llegada a la casona que sirve como sede de la embajada argentina en Dupont, el barrio diplomático de Washington, augura un fuerte impulso a lo que Diana Mondino, la próxima canciller, quiere lograr: un cuerpo diplomático que impulse negocios para el país y ayude a aumentar las exportaciones.