Líderes y activistas de todo Perú convergen el sábado en Lima como plataforma de lanzamiento para el asalto a la capital, en lo que ahora se conoce como la La segunda «Marcha de los Cuatro Suyos». Es una movilización masiva que tiene como objetivo presionar la destitución de la presidenta Dina Boulwart, cerrar el Congreso y adelantar las elecciones generales.
El título (Los Incas Dividieron Su Imperio En Cuatro Suyos) resume a la perfección la situación límite en la que se encuentra el país andino. La histórica “Marcha de los Cuatro” del año 2000, que ya figura en el catálogo de grandes monumentos democráticos del continente, Derrocar al dictador Alberto Fujimori y su malograda mano derecha Vladimiro Montesinos. Alejandro Toledo, uno de los cuatro diputados, resultó perdedor en la elección anterior frente al propio Fujimori en un nuevo fraude electoral.
La realidad política es tan extrema en Perú que después de más de 20 años, Toledo espera en Estados Unidos que un juez lo extradite a su casa para ser juzgado por el escándalo que involucra a la constructora brasileña Odebrecht y a Fujimori compartiendo prisión con el líder golpista. Pedro Castillo.
Desde los Andes del Sur, llegada Miles de campesinos aymaras y quechuas, que disfrutan del apoyo y autofinanciamiento de sus comunidades. Es precisamente desde esa parte del país, particularmente las regiones de Puno, Ayacucho, Apurímac y Arequipa, donde los enfrentamientos con las fuerzas del régimen han sido más severos. A pesar de que el expresidente Castillo fue criticado en esta región por no hacer nada para mejorar sus condiciones, es considerado uno de sus integrantes.
A pesar del voto de confianza obtenido en un Congreso en el que casi nadie confía, el segundo gobierno de Boulwart vive en la cuerda floja y con el presidente en silencio durante días. El primer descenso en sus filas se produjo el jueves con Su Eminencia, Ministro de Trabajo Eduardo García. García, quien apuesta por la comunicación inmediata, se mostró sorprendido porque no cree en la capacidad del Congreso para implementar reformas políticas y electorales anteriores.
Mientras tanto, el Sur sigue estando en gran medida paralizado caminos cerrados Por manifestantes y sin diálogo capaz de romper el callejón sin salida. Las protestas son pacíficas por un lado, pero también se convierten en ataques violentos y criminales, como los repetidos ayer contra la mina Antabacay, cerca de Cusco. Los manifestantes volvieron a incendiar parte de sus instalaciones.
Cuarenta y nueve muertes
Las protestas contra la presidenta Dina Boulwart se han cobrado 49 vidas, la mayoría en el sur de los Andes, donde vive el sucesor del líder golpista Pedro Castillo. Según los datos de la Junta de Quejas, 41 civiles murieron durante los enfrentamientos, y otros siete civiles fallecieron como consecuencia del asedio o accidentes de tránsito. Suboficial de policía quemado vivo en Puno. La masacre más grande ocurrió durante el intento de ataque al aeropuerto de Juliaca en Puno, en el que murieron 19 personas. El joven de 15 años que luchaba por su vida murió el jueves tras ser herido el lunes.