Al menos veinte personas murieron y cerca de 300 resultaron heridas anoche por una explosión que se produjo en una gasolinera en la región no reconocida de Nagorno-Karabaj. La zona estaba muy concurrida en el momento del estallido, por miles de personas de etnia armenia que intentaban huir de la región hacia Armenia, tras la ofensiva militar que llevó a cabo la semana pasada Azerbaiyán. Las autoridades de Nagorno-Karabaj, una región autónoma no reconocida por ningún país y situada dentro de las fronteras de Azerbaiyán, declararon que la explosión se produjo en la carretera que cruza Stepanakert, la capital del Karabaj, con Armenia. Por el momento se desconoce el motivo de la explosión. En el lugar, se encontraron 13 cadáveres que aún no se han podido identificar, mientras que en el hospital murieron otras siete personas. «El estado de salud de la mayoría es grave o extremadamente grave. Las capacidades médicas de Nagorno-Karabaj no son suficientes«, señalaron las autoridades del enclave en un comunicado, que piden desde hace días ayuda humanitaria internacional.
Desde el pasado domingo, centenares de personas hacen cola en las gasolineras de esta carretera, con la esperanza de poder llenar sus depósitos para llegar hasta la vecina Armenia. Tras el triunfo de la ofensiva militar azerbaiyana en la región, Bakú ha reiterado que tratará a los habitantes del Karabaj de etnia armenia como ciudadanos azerbaiyanos. Sin embargo, miles de familias de esta región de 120.000 habitantes temen represalias del Ejército azerbaiyano y prefieren huir a Armenia. Desde el pasado domingo, al menos 13.350 personas del Karabaj habrían entrado en Armenia, según las autoridades del país. El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, anunció que su país de 2,9 millones de habitantes está preparado para acoger a 40.000 refugiados, aunque no ha dado detalles logísticos de cómo se llevará a cabo la acogida. En su última intervención, Pashinian aseguró que la limpieza étnica en el Karabaj ya «está en marcha». «Está sucediendo justo ahora. Es un hecho muy desafortunado porque estábamos tratando de instar a la comunidad internacional al respecto», declaró. Tanto Armenia como las autoridades del Karabaj han pedido a Naciones Unidas que despliegue sus unidades en la región para evitar hostilidades contra la población de etnia armenia. Por el momento, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, señaló que se están preparando para brindar asistencia humanitaria. «Si se nos concede acceso, estaremos preparados para realizar una evaluación de las necesidades humanitarias y brindar asistencia a las personas afectadas», señaló ante la prensa.
La preocupación ha aumentado en el Karabaj porque Azerbaiyán solamente ha entregado 70 toneladas de alimentos desde que las autoridades del Karabaj aceptaran el miércoles el alto el fuego y acordaran un desarme. La ayuda humanitaria necesaria es mucho mayor, dado que en los últimos diez meses esta región de 120.000 habitantes ha estado sujeta a un bloqueo de Azerbaiyán, que cortó la única carretera que la conecta con Armenia, privándola de alimentos, medicinas y combustible durante casi un año.
La ofensiva militar de Azerbaiyán apenas duró 24 horas aunque causó la muerte de 200 personas y más de 400 heridos, según informaron las autoridades del Karabaj. También cinco cascos azules rusos murieron debido a un ataque de Azerbaiyán. Rusia había desplegado fuerzas de paz en la región para asegurar el cese de hostilidades tras la guerra entre Azerbaiyán y las fuerzas armenias del Karabaj en el año 2020. Pashinian ha acusado a Rusia de no prevenir la ofensiva militar de Azerbaiyán, mientras que Moscú asegura que no tenía motivos legales para poder intervenir. «Estamos categóricamente en contra de los intentos de echarle la culpa a la parte rusa, especialmente a las fuerzas de paz rusas, que han demostrado verdadero heroísmo», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Este martes se reunirán en Bruselas representantes de alto nivel de Armenia y Azerbaiyán, auspiciado por la Unión Europea, en un intento de reunir esfuerzos para promover estabilidad en la región y avanzar un posible acercamiento entre ambos gobiernos.