El gabinete del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dado luz verde a la ofensiva terrestre en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, donde permanecen hacinados más de un millón de palestinos desplazados de otras partes del enclave.
La medida ha sido aprobada en una reunión del gabinete de guerra, pese a las llamadas internacionales para frenar la operación, entre ellas del propio presidente estadounidense, Joe Biden, que calificó el avance militar de «línea roja».
«Las FDI (ejército) se han preparado para la parte operativa y para la evacuación de la población civil», ha señalado la oficina de Netanyahu en un comunicado. El portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, declaró esta semana que la invasión de Rafah es «algo que tenemos que hacer» y que ocurrirá «cuando las condiciones lo permitan». Hagari señaló que la población desplazada en Rafah sería trasladada a «enclaves humanitarios» en Gaza, aunque no dio detalles de los lugares exactos ni de cómo se llevará a cabo el reasentamiento de la población refugiada.
Desde hace meses, la ciudad de Rafah, una localidad de 200.000 habitantes fronteriza con Egipto, acoge a 1,4 millones de palestinos desplazados de otras partes de la Franja. La mayoría sobrevive en tiendas de campaña y escasean desde hace semanas alimentos y productos sanitarios básicos. Organizaciones humanitarias temen que su reasentamiento deteriore aún más sus condiciones de vida, ya que en el norte del enclave palestino la situación humanitaria es todavía más frágil.
El presidente egipcio, Abdel Fattah el Sisi, advirtió este viernes sobre «el peligro de una invasión en la ciudad de Rafah» y la «ampliación del alcance de la guerra». El Cairo ha acelerado los contactos diplomáticos para alcanzar un alto el fuego en Gaza, por temor a que una ofensiva al lado de su frontera pueda empujar a miles de palestinos hacia su territorio.
El anuncio israelí coincide con una nueva propuesta de Hamas para lograr una tregua, que incluye la entrega de rehenes a cambio de la liberación de 100 presos palestinos encarcelados en Israel. La propuesta de alto el fuego duraría 42 días y serían liberados presos concretos elegidos por Hamas.
«En cuanto a los rehenes, las demandas de Hamas siguen siendo delirantes. La delegación israelí partirá hacia Doha (este viernes) después de que el gabinete de guerra discuta la posición de Israel», ha señalado la oficina de Netanyahu.
El Foro de Familias de Rehenes, que ha estado presionando al gobierno israelí para alcanzar un acuerdo, se ha apresurado a pedir a Netanyahu que alcance un pacto de tregua. «Por primera vez, podemos imaginarnos abrazarlos nuevamente, por favor, concedednos este derecho», señalaron en un comunicado.