hispanoamericano pablo eibar, Preso en la EEEU desde 1994 En tres asesinatos, en los que se declaró inocente y fue condenado a muerte, pidió este martes ante un tribunal de apelaciones estadounidense que anule la cadena perpetua dictada en su contra en 2019 y que se celebre un nuevo juicio.

Ante los tres jueces de la Corte de Apelaciones del Cuarto Distrito de Florida, con sede en la ciudad de West Palm Beach (a 120 km de Miami), joe nascimento El abogado del Eibar señaló que el proceso judicial que finalizó en 2019 con la sentencia que le condenó a pasar el resto de su vida en prisión no fue «justo».

Resaltalo No se ha encontrado ningún motivo concreto que vincule a Eibar con los tres asesinatos y que a lo largo del proceso judicial hubo negligencia en el uso de las piezas como prueba.

Preguntado por la jueza Melanie May, el letrado señaló la pequeña muestra de ADN de su cliente en una camiseta azul hallada en la vivienda de Miramar (Florida) donde fue asesinado y asesinado el dueño de la discoteca Kasimir Sucharski. Supermodelos Sharon Anderson y Mary Rogers en 1994

El abogado aludió al juicio de un perito que indicó que “la calidad de la muestra estaba por debajo de los estándares”, y confirmó que un video grabado por la cámara mostraba a un hombre frotándose la cara, tocando repetidamente la prenda y limpiándose la boca. con ella. Ha subrayado que estas muestras de ADN «no coinciden con las del Eibar».

Ante el panel de jueces, que además de Mayo está integrado por jueces Corey Cicklen Y Jeffrey KoontzLa defensa solicitó que se desestimaran determinadas declaraciones testimoniales sobre los hechos ocurridos el 26 de junio de 1994 en Miramar.

Eibar fue condenado a muerte en 2000, pero la Corte Suprema de Florida anuló esa sentencia en 2016, considerando que las pruebas en su contra eran «extremadamente débiles» y ordenando un nuevo juicio.

La defensa del Eibar alega en este recurso que «Muchas irregularidades y decisiones sesgadas costos incurridos por el juez Dennis Bailey» en el juicio de 2019 violaron sus «derechos constitucionales».

Pablo Eibar, ahora de 50 años, fue trasladado recientemente de una prisión okeechobee (Florida central) a una prisión privada, donde, según la asociación, encontró mejores condiciones y desarrolló diversas actividades, al tiempo que comenzó curso de soldadura