El ex primer ministro paquistaní Imran Khan ha demostrado en las elecciones de este jueves que sigue siendo el líder más popular del país, tras ganar la mayoría de votos en las elecciones parlamentarias. Sus seguidores acudieron a votar pese a las múltiples trabas judiciales y electorales que pesan sobre la ex estrella de críquet. Pocos días antes de los comicios, un tribunal sentenció a 10 y 14 años de prisión a Khan, y lo inhabilitó de la política durante una década.
Su descabezado partido, el Movimiento por la Justicia de Pakistán (PTI), no pudo presentar como candidatos a otros líderes de la formación debido a las trabas de la autoridad electoral. Así, decenas de miembros del PTI se vieron forzados a concurrir a las elecciones como candidatos independientes y ganaron, según los resultados preliminares publicados por la autoridad electoral.
Los aspirantes del PTI consiguieron 92 escaños, con 28 asientos más que el segundo partido más votado y favorito en las urnas, la Liga Musulmana de Pakistán de Nawaz Sharif. Ninguna de las formaciones ha obtenido los 133 escaños suficientes para gobernar con una mayoría simple. Nawaz Sharif contaba con conseguir una mayoría absoluta en la votación, aunque miembros de su formación ya han señalado que no descartan acudir al PTI para formar una coalición o incluso, pactar con otros partidos para liderar el nuevo gobierno. «Estoy seguro de que formaremos un gobierno», anunció Ishaq Dar, asistente de Sharif.
El ex primer ministro y líder de la Liga Musulmana regresó al país hace cuatro meses tras un exilio autoimpuesto para evitar una condena de prisión por corrupción. Sharif fue absuelto de todos los cargos e hizo campaña con una inusual normalidad. Según los analistas Sharif podría haber llegado a un acuerdo con el ejército, que concentra en la sombra, gran parte del poder ejecutivo del país.
El recuento se quedó embarrado por múltiples retrasos que han mantenido en vilo a la población durante más de 24 horas. Mientras los medios de comunicación emitían escrutinios contradictorios sobre quién había ganado las elecciones generales, la autoridad electoral anunció que el retraso se debía a «problemas de internet». La demora causó una gran desconfianza entre los partidos políticos, que alertaron de un intento de amañar los resultados. «Los candidatos apoyados por el PTI estuvieron en cabeza desde el principio», señaló el partido a la emisora Al Jazeera. «La declaración de resultados se ralentizó, luego se detuvo por completo y estuvo así durante horas… Anoche íbamos liderando con un gran margen. No es así ahora», aseguró.
Un día después de la votación, aún se desconoce la participación total, que ayudaría a aclarar el gran apoyo al PTI de Imran Khan. Por el momento no se sabe si sus seguidores acudieron en masa a votar o la sorpresa electoral se debe al poco apoyo al partido de Sharif y de Bhutto-Zardari, partidos que han alternado el poder en Pakistán durante décadas.
La espera del recuento no estuvo exenta de incidentes. Según el periódico local Dawn, 30 partidarios del PTI fueron detenidos por organizar una manifestación a favor de sus candidatos independientes en Islamabad. Mientras que el abogado de Khan y de varias figuras del partido, aseguró que unos asaltantes habían disparado contra su coche blindado.
El proceso de voto se produjo con dificultad, con un largo corte de comunicaciones por «motivos de seguridad», según aseguró el ministerio del Interior. Al menos doce personas murieron en varios ataques, en su mayoría miembros de las fuerzas de seguridad, cuya autoría aún no se ha reivindicado. El ministro del Interior interino, Gohar Ejaz, trató los incidentes de «aislados» y aseguró que la jornada electoral «permaneció bajo control».
Los resultados no arrojan una coalición clara de gobierno. Ésta tendrá que enfrentar múltiples dificultades, desde la crisis económica, los efectos de catástrofes naturales y una creciente inseguridad en las calles por los ataques de diferentes grupos militantes y terroristas.