Terror en Praga: "Bloqueé la puerta del aula antes de que el tirador intentara abrirla"

  • Tiroteo Un tirador ya «eliminado» mata a diez personas y hiere gravemente a otras nueve en Praga

«Nos evacuaron a todos, fue terrible, había muchos policías por todas partes que nos gritaban con metralletas que huyéramos». Klára, estudiante de la Universidad Carolina en Praga, describe al medio local iDNES la aterradora experiencia que vivió momentos después de que un hombre comenzara a disparar contra quienes se encontraban en el centro educativo, en el centro de Praga.

El ataque deja 15 muertos, contando con el atacante, que fue «eliminado» y decenas de heridos. Los universitarios se protegieron como pudieron, como mostraron vídeos compartidos en las redes sociales. Una de las imágenes más impactantes es la de un grupo de alumnos que salieron al exterior del edificio por las ventanas y se agazaparon en una de las estrechas cornisas del edificio, a riesgo de caer al vacío. Mientras, el tirador empleaba un arma larga para sembrar el terror.

«Actualmente atrapado dentro de mi clase en Praga. El tirador está muerto, pero estamos esperando a que nos evacuen. Rezando para salir con vida. Bloqueé la puerta antes de que el tirador intentara abrirla. Maldito infierno», compartía en X el estudiante Jakob Weizman, que empleó sillas y mesas contra la puerta para atrincherarse en una de las aulas.

El tiroteo ocurrido este jueves es el más trágico en la historia de la República Checa en cuanto al número de víctimas. En 2015, ocho personas murieron en Uherské Brod y en 2019, seis personas murieron en un tiroteo en un hospital de Ostrava.

Petr Nedoma, director de una galería de arte local situada frente a la Plaza Jan Palach, fue testigo del momento en que el pistolero efectuó los disparos con un arma automática. «Vi a un joven que tenía un arma en la mano, como un arma automática, y disparaba hacia el puente Manes», relató a la televisión checa. «Disparaba repetidamente, con algunas interrupciones. Después vi cómo levantaba las manos y tiraba el arma a la calle, que quedó allí en el paso de peatones».

La magnitud de lo ocurrido, en un país de la UE, donde no son habituales este tipo de sucesos, ha desatado las reacciones de solidaridad con las víctimas y ha causado conmoción entre la clase política. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se mostró «profundamente consternado» por el ataque en la capital del país que gobierna.

El alcalde de Praga, Bohuslav Svoboda, declaró a los medios de comunicación checos: «Siempre pensamos que esto era algo que no nos preocupaba. Ahora resulta que, por desgracia, nuestro mundo también está cambiando y el problema del tirador individual también está surgiendo aquí.»

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también dijo estar «consternada por la violencia sin sentido» y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y a la nación checa.

«El ataque en Praga golpea a Europa en el corazón. Estamos de luto. Nuestros pensamientos y nuestro más sentido pésame para las familias y amigos de las víctimas», compartió la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock.

A las condolencias se sumaron los líderes de la UE, como Emmanuel Macron, Georgia Meloni, Olaf Scholz o Charles Michel. También el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expresó su más sentido pésame a las familias de las víctimas y deseo «una pronta recuperación a los heridos».

El ataque se produce en plena temporada alta en Praga, que en estas fechas se encuentra repleta de turistas que acuden a visitar sus numerosos mercadillos navideños. Tom Leese, de 34 años, y su esposa Rachael, de 31 años, se encontraban de luna de miel en la capital checa. Estaban tomando una copa cerca de la Universidad Carolina, donde se produjo la masacre, cuando un policía entró corriendo y empezó a «gritar fuerte» en checo, contaron a la agencia PA. «Pregunté en inglés y me dijeron que había un tirador activo y que permaneciéramos dentro y agachados», relató Tom. «El personal estaba muy tranquilo, apagaron todas las luces rápidamente y nos instaron a mantener la calma, el restaurante estaba relativamente tranquilo». «Obviamente, ahora estamos deseando volver a casa», añadió.