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Varias columnas blindadas de tres grupos de voluntarios rusos insurgentes han penetrado desde Ucrania hacia territorio ruso a primera hora de la mañana de este martes. Divididos en tres cuñas de ataque desde la región de Jarkiv han superado las barreras fronterizas de los oblast de Belgorod y Kursk.

Rusia ha tenido que poner en el aire su fuerza aérea para intentar taponar la brecha y varios helicópteros sobrevolaban la zona en busca de los blindados que, según algunas fuentes, ya han llegado a la localidad de Shebekino, en la ruta hacia la ciudad de Belgorod. Desde esta ciudad eran audibles las explosiones del combate cercano. El Kremlin niega que estos grupos estén combatiendo ya en Rusia, pero varios vídeos muestran lo contrario: en uno de ellos, los ucranianos combaten en las calles de Tetkino (Kursk) mientras arde un blindado ruso.

Esta incursión, la segunda de este calado en lo que va de guerra, tiene una importancia militar muy limitada en el desarrollo total de la invasión, pero en cambio tiene una derivada política que sí es relevante, sobre todo a tres días de colocar las urnas para escenificar que Putin retiene el poder.

Desde el principio de la contienda Ucrania ha abierto su ejército a voluntarios rusos que quisieran combatir al régimen de Vladimir Putin. Estos soldados de fortuna incluyen a conocidos neofascistas como Denis Nikitin, comandante del Cuerpo de Voluntarios Rusos, algunos opositores comunistas en la Legión Libertad de Rusia y hasta ciudadanos llegados de las repúblicas de Transural, Siberia y el Extremo Norte en el llamado Batallón Siberia. A pesar de las diferencias, todos ellos combaten juntos unidos por su odio al régimen de Putin.

Ataques a distancia

Aún es pronto para saber el verdadero calado de este ataque, pero esta ofensiva se produce a la vez que decenas de drones de fabricación ucraniana atacan centrales energéticas por toda Rusia, y eso sí es relevante. Esta noche uno de estos aviones no tripulados impactó contra la refinería de Nizhny Novgorod, a 800 kilómetros de la frontera con Ucrania, la segunda instalación de este estilo más grande de Rusia y la primera de la empresa Lukoil. Esta planta, que ha sufrido daños importantes por efecto del ataque, refinaba el 5% de todo el petróleo ruso y abastecía a las tropas de la Z.

Otros drones ucranianos impactaron contra otras plantas en Moscú, Tula, Voronezh y Belgorod. Desde hace unas semanas, estos bombardeos ucranianos, una respuesta lógica a los que Rusia puso en marcha contra Ucrania desde el principio de la invasión, están causando un enorme daño a la industria de los hidrocarburos, piedra angular de la economía rusa.

No ha sido, tampoco en el aire, una buena mañana para Rusia. Un avión IL-76 de transporte de tropas cayó a plomo antes de llegar a su base al norte de Moscú.