La policía turca ha detenido este martes a 34 sospechosos de espiar para el Mossad, los servicios de inteligencia israelíes, acusados de planear ataques a extranjeros residentes en Turquía, aseguró el ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya. La operación policial se desarrolló en ocho provincias del país y los servicios de seguridad continúan buscando a otros 12 sospechosos. Según Yerlikaya, los servicios de inteligencia israelíes estaban planeado acciones como «seguir», «agredir» o «secuestrar» a «extranjeros residentes en Turquía.
En la investigación, bautizada como ‘operación Topo’, participaron también agentes de los servicios secretos turcos, que analizaron 57 domicilios. Por el momento no se ha revelado la nacionalidad de los detenidos, aunque la agencia oficial Anadolu señaló que están acusados de «espionaje internacional» para Israel. La agencia compartió imágenes de la operación en las que se mostraba a policías allanando residencias y esposando a sospechosos. Según Yerlikaya, se habrían encontrado más de 150.000 euros en metálico y un arma no registrada.
La operación policial se produce un mes después de que el Wall Street Journal publicara que Israel estaba planeando matar a miembros de la cúpula de Hamás en el extranjero. En un encuentro con la prensa posterior el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió a Israel que no permitiría ataques contra miembros de la milicia palestina en suelo turco. «Si se atreven a dar tal paso contra Turquía, serán condenados a pagar el precio de una manera que nunca más podrán levantarse», señaló. «Aquellos que intenten tal cosa no deben olvidar que las consecuencias podrían ser extremadamente graves», advirtió.
Turquía no considera a Hamás una organización terrorista y ha permitido en los últimos años que parte de la cúpula de militantes de la organización resida en suelo turco. Importantes miembros de la organización se trasladaron desde Siria a Turquía en el año 2012, después de que Hamás condenara la guerra iniciada por Bachar Asad contra su población.
Turquía no brinda apoyo logístico ni financiero a Hamás, pero tampoco los ha empujado fuera de sus fronteras. Desde el inicio de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza, Erdogan ha condenado los actos del ejército israelí y ha remarcado que considera a Hamás un «grupo de liberación que lucha por proteger sus tierras y sus ciudadanos». El mandatario turco pidió juzgar a Israel por «crímenes de guerra» ante la Corte Penal Internacional de La Haya y ha señalado que «no hay ninguna diferencia» entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el líder nazi Adolf Hitler.
La guerra de Gaza puso fin a una mejora reciente de las relaciones diplomáticas entre Turquía e Israel. El acercamiento se produjo tras diez años de distanciamiento diplomático, debido al ataque israelí a un barco turco que transportaba ayuda a Gaza, matando a diez civiles en 2010. Tras la ofensiva israelí en la Franja de Gaza, Turquía ha retirado a su embajador en Tel Aviv como protesta, mientras que Israel ha retirado a su personal diplomático de Turquía por motivos de seguridad. Desde el 7 de octubre se han producido protestas multitudinarias en grandes ciudades de Turquía, pidiendo un alto el fuego en Gaza.