Rusia ha lanzado casi 50 drones Shahed contra objetivos en Ucrania y ha atacado con artillería una estación en la que más de 100 civiles esperaban a abordar untren hacia Kiev, han informado funcionarios ucranianos este miércoles. La ofensiva ha dejado al menos tres muertos y ha cortado la luz a gran parte de la ciudad de Jersón, en el sur del país.
«Se registraron un total de 46 lanzamientos de Shahed-136/131 en oleadas en diferentes momentos, desde las 19:00 horas del 26 de diciembre hasta las 03:50 horas del 27 de diciembre», indica la Fuerza Aérea ucraniana en Telegram, donde precisa que «fueron destruidos 32 vehículos aéreos no tripulados de ataque enemigos».
Además añade que los ataques fueron lanzados desde dos direcciones: desde Balaklava, en la Crimea ocupada, y desde Primorsko-Ajtarsk, en la región rusa de Krasnodar.
Un día antes, aviones de combate ucranianos causaron daños a una embarcación rusa atracada en el mar Negro frente a las costas de Crimea mientras los soldados de ambos bandos pasan problemas para registrar avances a lo largo del frente de batalla luego de 22 meses de conflicto.
Ataque nocturno
Durante la noche, las fuerzas del Kremlin lanzaron ataques con drones y artillería sobre la región de Jersón en momentos en los que unos 140 civiles esperaban un tren en la capital regional del mismo nombre, según el ministro del Interior ucraniano Ihor Klymenko. Un policía murió y otros dos agentes, así como dos civiles, resultaron heridos por la artillería.
Más de 100 personas que esperaban el tren al momento del ataque llegaron a Kiev la mañana del miércoles, señaló el operador ferroviario nacional Ukrzaliznytsia.
El ataque sobre Jersón y su capital afectó zonas residenciales y un centro comercial, además de causar daños en la red eléctrica, lo que dejó a cerca del 70% de las residencias de la capital sin luz durante el invierno, dijo el gobernador regional Oleksandr Prokudin.
De momento no fue posible dar un estimado de cuándo se reanudará el servicio eléctrico, puntualizó.
Atacar la infraestructura energética también fue una táctica que empleó Moscú el invierno pasado, cuando intentó doblegar el estado de ánimo de la población ucraniana al privarlos de calefacción y agua corriente.
En Odesa, otra importante urbe en el sur de Ucrania, un ataque con drones dejó dos muertos y tres heridos, incluido un joven de 17 años, informó el gobernador regional Oleh Kiper.
La fuerza aérea ucraniana informó que interceptó 32 de los 46 drones que Rusia lanzó durante la noche.
En tanto, una evaluación militar de Occidente consideró que la toma de una ciudad en el este de Ucrania no le proveería a Rusia un trampolín para lograr avances importantes en el campo de batalla.
El comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, general Valerii Zaluzhnyi, dijo el martes que sus soldados se habían retirado del extremo norte de la ciudad de Marinka, la cual se ubica a unos 20 kilómetros (12 millas) al oeste de Donetsk, la ciudad más grande en el territorio bajo control ruso.
Zaluzhnyi señaló que sus fuerzas habían mantenido el control de Marinka durante casi dos años, pero que los rusos «la estaban destruyendo calle por calle, casa por casa».
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos, indicó que «es altamente improbable que las fuerzas rusas logren avances operacionales rápidos desde Marinka».
Pero destacó que «operaciones ofensivas localizadas por parte de Rusia aún colocan presión sobre las fuerzas ucranianas en muchos sitios a lo largo del frente en el este de Ucrania».