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En el centro de la Franja de Gaza y a escasos 600 metros de su propio territorio, el Ejército israelí ha sufrido el ataque más letal desde el inicio de la guerra hace 109 días mientras amplía su operación terrestre en la zona sureña de Jan Yunis, donde cree se encuentra escondida la cúpula del grupo integrista Hamas, incluyendo su líder y uno de los principales promotores del ataque del 7 de octubre, Yahia Sinwar.
21 soldados han muerto debido al colapso de dos edificios en los que se encontraban como consecuencia del impacto de un arma antitanque portátil disparado por Hamas. «En un incidente muy grave, murieron 21 soldados reservistas que estaban operando en la zona situada entre las localidades israelíes y la Franja para crear condiciones de seguridad (perímetro de seguridad) que permitan el retorno de los habitantes del sur de Israel a sus casas», anunció el portavoz militar Daniel Hagari a primera hora de la mañana en una intervención inusual ante las cámaras de televisión.

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Según detalló de forma preliminar sobre un ataque aún bajo investigación, «los terroristas dispararon un misil RPG (granada propulsada por cohete) contra un tanque que custodiaba la fuerza y al mismo tiempo hubo una explosión de dos edificios de dos pisos lo que provocó su colapso mientras gran parte de la fuerza se encontraba dentro o cerca».
«Las fuerzas colocaron explosivos en esos edificios e infraestructuras terroristas en la zona», añadió sobre la misión destinada a destruirlos. Pero Hamas se adelantó a la activación controlada de los explosivos. Durante varias horas, el Ejército llevó a cabo una compleja operación de rescate de soldados vivos y muertos mientras se multiplicaban los rumores sobre el secuestro de militares.
«La guerra tiene un coste muy alto. Nuestros reservistas sacrificaron lo que les era más preciado para que podamos vivir todos aquí con seguridad», añadió Hagari.
Benjamin Netanyahu ha anunciado que las fuerzas israelíes «han abierto una investigación sobre el desastre. Debemos aprender todas las lecciones y hacer todo lo posible para preservar la vida de nuestros soldados». El primer ministro israelí se refirió en un comunicado a «uno de los días más duros» desde el estallido de la guerra.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, lamentó la muerte de sus soldados. En un mensaje en la red X declaró que «se trata de una guerra que determinará el futuro de Israel en las próximas décadas. La caída de los combatientes nos obliga a alcanzar los objetivos de la guerra». Y son, según Israel, la desarticulación de Hamas como grupo armado y régimen en Gaza y la liberación de los secuestrados en el ataque del 7 de octubre.
Se trata de la jornada más letal para las tropas israelíes desde el inicio de su incursión terrestre el pasado 27 de octubre. A la muerte de 21 reservistas no muy lejos de la comunidad israelí de Kissufim, hay que sumar la de tres militares en los intensos combates en la zona oeste de Jan Yunis. Hasta el momento, 219 soldados han muerto en la operación terrestre contra Hamas que desde hace años se preparó para este momento especialmente con su espectacular red de túneles.
En respuesta al ataque yihadista que causó la muerte de 1.200 personas y el secuestro de otras 240 en el sur de Israel, el Tsáhal lanzó una ofensiva militar por tierra, aire y mar sin precedentes en la Franja de Gaza. Según el ministerio de Sanidad controlado por Hamas, más de 25.200 palestinos han muerto en este enclave devastado que atraviesa una dramática crisis humanitaria en la que el 85% de sus 2.3 millones de habitantes se consideran desplazados internos.