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En las últimas horas el ejército israelí ha llevado a cabo múltiples ataques aéreos en el sur del Líbano, causando la muerte de once civiles y tres combatientes de Hizbulá. Se trata de la mayor escalada de tensión desde el inicio de la guerra en Gaza, cuando se iniciaron las hostilidades entre los militantes libaneses y el ejército israelí. La ráfaga de bombardeos empezó el miércoles, poco después de que un ataque aéreo de Hizbulá golpeara una base aérea israelí, causando la muerte de un soldado y dejando heridos a otros cinco. «Como hemos dejado claro una y otra vez, Israel no está interesado en una guerra en dos frentes, pero si nos provocan, responderemos con fuerza», advirtió poco después la portavoz del gobierno Ilana Stein.
Uno de los ataques golpeó la ciudad de Nabatieh, a 50 kilómetros al sur de Beirut, provocando el derrumbe de un bloque de apartamentos. Al menos ocho miembros de la misma familia fallecieron en el ataque, entre ellos cuatro niños, reveló la agencia nacional de noticias NNA. El gobierno confirmó que la familia afectada no tenía ningún vínculo con Hizbulá. En otro ataque cerca de la frontera con Israel, en la localidad de al-Sawana, murieron una mujer y sus dos hijos.
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Al menos tres combatientes del ala armada de Hizbulá murieron en ataques separados a lo largo de la frontera con Israel. Un alto funcionario del partido y miembro del parlamento, Hassan Fadlallah, advirtió el jueves que tomarán represalias por los ataques. «El enemigo (Israel) pagará el precio de estos crímenes», declaró el diputado a Reuters.
El ejército continuó con los bombardeos durante la mañana del jueves, atacando doce localidades. Los ataques se produjeron al sur del río Litani, región en la que el ejército israelí lleva meses ejerciendo presión para que Hizbulá se retire.
Los ataques de las últimas horas añaden tensión a la ciudad de Nabatieh, que en los últimos meses se había librado relativamente de la violencia transfronteriza. La presión sobre esta ciudad de cerca de 200.000 habitantes -que ha recibido además población desplazada de la frontera- comenzó a principios de febrero, cuando un dron israelí atacó un vehículo, causando la muerte de un comandante de Hizbulá.
«En la última semana, han muerto civiles en el Líbano en al menos cuatro ataques israelíes», señaló en un comunicado el investigador de Human Rights Watch, Ramzi Kaiss. «Esto se produce tras los informes de varias organizaciones de derechos humanos, que señalan que Israel ha llevado a cabo ataques ilegales en el Líbano, incluido ataques indiscriminados contra civiles que constituyen crímenes de guerra», alertó.
Desde el pasado octubre la violencia transfronteriza ha causado la muerte de 252 personas en el lado libanés, en su mayoría militantes de Hizbulá pero también 37 civiles. En el lado israelí, una docena de soldados y cinco civiles han fallecido en ataques procedentes del lado libanés. Los enfrentamientos han provocado el desplazamiento de más de 200.000 habitantes en ambos lados de la frontera. «La realidad actual es que decenas de miles de israelíes están desplazados y no pueden regresar a sus hogares, es insoportable. Deberían poder regresar y vivir en paz y seguridad», señaló la portavoz del gobierno israelí Stein.
Israel quiere que los militantes de Hizbulá se retiren al menos treinta kilómetros adentro de su frontera, pero pese a que Estados Unidos y Francia han intentado persuadir a la milicia chií, el grupo libanés no ha dado señales de ceder. Por su parte, el líder de Hizbulá señaló el pasado martes que continuarán ejerciendo presión contra el ejército israelí mientras continúe la guerra en la Franja de Gaza.
