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Quién. Alevtina Argunova nació en 1968 en el pueblo de Nyurba, URSS y es viceministra de Educación de la república de Sajá-Yakutia, en el Lejano Oriente de Rusia

Qué. Ha prohibido las celebraciones de Halloween en las escuelas de toda la región

Por qué. Hace años que el giro conservador del Putinismo rechaza las fiestas extranjeras, con la guerra Halloween ha quedado en la diana

Halloween apareció por primera vez en Rusia a finales de los años 90. Ha ido ganando popularidad gradualmente pero, ironías de la vida, una guerra abultada en víctimas como la de Ucrania es la razón de fondo para que ahora algunas autoridades del país proscriban esta fiesta de disfraces que tiene de fondo precisamente la muerte.

La república de Sajá-Yakutia, en el Lejano Oriente de Rusia, ha prohibido las celebraciones de Halloween en las escuelas de toda la región. Según informaron el viernes pasado los medios locales, el 26 de octubre, Alevtina Argunova, viceministra de Educación de la región siberiana de Sajá-Yakutia, escribió una carta abierta en la que pedía que Halloween fuera reemplazado por «eventos destinados a preservar y fortalecer los valores morales».

El rechazo a las ideas occidentales ha crecido desde 2022. El patriotismo ortodoxo es la idea dominante en el mensaje oficial, pero a los rusos y las rusas les sigue gustando disfrazarse. Cada vez más.

Sajá-Yakutia está ubicada en el distrito Lejano Oriente, limitando al norte con el mar Glacial Ártico, se la considera la región más fría de Rusia. Pero es ahí justamente donde el debate sobre Halloween se ha calentado. Los sociólogos recuerdan que el impulso para reprimir estas fiestas es anterior a la invasión rusa de su vecino. Argunova ha saltado al escenario nacional al proclamar que es «inapropiado». celebrar esta fiesta occidental «a la luz de los acontecimientos recientes». La viceministra regional se ha significado por su apoyo a lo que Rusia llama su «operación militar especial» en Ucrania, ofreciendo campamentos de verano y becas para los niños que tienen a sus padres combatiendo.

Por un momento su enemigo han dejado de ser los ucranianos, y se ha centrado en borrar las calabazas y las calaveras fosforescentes de las escuelas. Argunova alentó a las administraciones escolares a reemplazar las actividades de Halloween con otras que «fortalezcan los valores morales espirituales, desarrollen ideas de patriotismo y preserven el patrimonio histórico».

Halloween no se celebra ampliamente en Rusia, pero en las ciudades se ha vuelto más popular. Algunos funcionarios han librado una guerra contra la festividad como muestra de su compromiso con el giro del país hacia valores conservadores y religiosos.

En esta fría región habrá sanciones a quien tenga niños vestidos de fantasma en clase. Algunos pensaban que se trataba de una broma, pero la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti confirmó el veto con el Ministerio de Educación regional. La prohibición en la república de Sajá de celebrar Halloween en las escuelas se produce después de que colegios en un puñado de regiones rusas planeasen un punto medio: reemplazar Halloween con festividades religiosas con «temática de calabazas», lo que provocó advertencias de los sacerdotes ortodoxos de que las calabazas tampoco están asociadas con Jesús.

La Iglesia ortodoxa se frota las manos. Ya en 2018, el Centro Ortodoxo de Análisis de Derechos Humanos, con sede en Moscú, exigió la abolición de Halloween en Rusia. «No podemos permitir que la celebración de una festividad con símbolos claramente agresivos, alarmistas y satánicos, se convierta en una tradición en Rusia», dijeron. Alertando incluso de «un crimen contra la infancia y la familia» si las escuelas hacen sitio a los disfraces de Halloween.