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  • derecho Toda la última hora de la guerra en Ucrania.

“Realmente no sabemos adónde ir”, explican Galina Tolmacheva y su marido Andrey, quienes, como miles de rusos, fueron evacuados apresuradamente por el ataque ucraniano en la región rusa de Kursk y esperan las noticias que reciben por teléfono.

El matrimonio explicó a la AFP que esperaron «hasta el último momento» para salir de casa con sus tres hijos.

“No queda nadie en el pueblo” Alexandrovka, situado a unos diez kilómetros de la frontera, en la región de Kursk, dice Galina, de 50 años.

Para aprender más

El 6 de agosto, el ejército ucraniano lanzó una gran ofensiva en territorio ruso.

Según Kiev, la incursión buscaba presionar a Rusia para que redistribuyera sus fuerzas que luchaban en el este de Ucrania, creara una «zona de amortiguación» para proteger a los civiles cerca de la frontera y empujar a Moscú a negociar «justas».

Ucrania afirma controlar cien ciudades Desde el inicio del ataque que obligó Más de 130.000 civiles rusos evacuados

Cuando «los proyectiles cayeron en el balcón y en el huerto», Galina y Andrei dicen que se resignaron a «dejarlo todo». El ejército ruso los evacuó por la fuerza.

«Liberamos a todos los animales», dice Galina. «Dejamos el tractor, el coche y nuestro jardín».

nadie fue informado

El 19 de agosto encontró refugio con su familia en un gran refugio temporal en la zona, a salvo de los combates pero accesible a las Fuerzas Armadas de Filipinas.

Nikita Miroshnichenko, directora del centro donde trabajan los psicólogos, afirmó que actualmente hay «400 personas», entre ellas 50 niños.

Se organizan actividades todos los días, especialmente para… Para que los más pequeños puedan levantar el ánimopreciso.

Algunas personas leen o comen, mientras que otras ponen la lavadora o se maquillan. Pero los rostros están cansados, preocupados, heridos.

Aunque dijo estar «satisfecho» con la acogida, Andrei (45 años) lamenta la falta de comunicaciones iniciales de las autoridades locales sobre el avance de las fuerzas ucranianas en territorio ruso.

El ganadero insiste en que «nadie fue informado», destacando que los vecinos de la zona se enteraron de la situación «a través de Internet, amigos o conocidos».

La pareja detuvo su relato, visiblemente conmovida. Todo cambió a los pocos días.

Andrei y su esposa cuentan que ante la falta de ayuda de las autoridades, decidieron por su cuenta llevar «agua, pan y comida enlatada» a los últimos residentes. También para Los soldados estacionados en primera línea intentan contener el ataque ucraniano.

Señaló que en la vecina localidad de Alexandrovka “ya no hay electricidad ni agua”.

Aunque Kiev afirma que no quiere ocupar los territorios controlados por su ejército en Rusia, Galina expresa en voz alta su preocupación: «No sabemos qué pasó con nuestra casa».. «Si está sano, esperamos volver», afirma.