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Azerbaiyán ha asumido la responsabilidad por la muerte el miércoles de varios integrantes de las fuerzas de paz rusas en Nagorno-Karabaj. Los militares fueron atacados «cuando regresaban de un puesto de observación del contingente ruso de mantenimiento de la paz en la zona de la aldea de Dzhanyatag», según informó el Ministerio de Defensa de Rusia. Entre los muertos se encuentra el subcomandante de las fuerzas submarinas de la Flota del Norte, pero Rusia evitó represalias.

El vehículo en el que viajaban las fuerzas de paz fue atacado con armas pequeñas. El Ministerio de Defensa de Rusia no precisó cuántas personas murieron, pero la jefa de RT, Margarita Simonyan, escribió más tarde, sin citar fuentes, que había cinco muertos. El corresponsal militar Yuri Kotenok también afirma que en total murieron cinco personas. Según ‘The Moscow Times’, son cuatro.

Uno de los muertos es el subcomandante del contingente de mantenimiento de la paz Ivan Kovgan, subcomandante de las fuerzas submarinas de la Flota del Norte, informó el medio ‘SeverPost’. Hace varios meses lo enviaron a un viaje de negocios a Karabaj.

El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán «expresó su más sentido pésame» en relación con el incidente. El Kremlin informó de que el presidente, Ilham Aliyev, se disculpó en una conversación con Vladimir Putin. Aliyev, según un mensaje en la web del Kremlin, también expresó su disposición a brindar asistencia financiera a las familias de las víctimas. Los primeros sospechosos por la muerte de las fuerzas de paz ya han sido detenidos y su comandante ha sido sustituido.

La asunción de culpas coincidió con la primera reunión de los armenios de Alto Karabaj y los representantes de Azerbaiyán, celebrada en la ciudad de Yevlakh. No hubo acuerdo entre ellos. El representante del presidente de Azerbaiyán para misiones especiales, Elchin Amirbekov, por su parte, dijo que en la reunión se entregó a la parte armenia un proyecto de acuerdo de paz que dispone que ambos países estarán obligados a no interferir en los asuntos del otro. El 20 de septiembre las autoridades de esta república no reconocida anunciaron que habían llegado a un acuerdo de alto el fuego con la participación de las fuerzas de paz rusas. Pero es una incógnita cómo se va a gestionar el futuro.

CARGAR CONTRA ARMENIA.

Aunque quien ha apretado el gatillo que ha costado vidas rusas ha sido Azerbaiyán, las órdenes dadas por Moscú a portavoces y medios van en sentido contrario: cargar contra el gobierno de Armenia, acusando al primer ministro Nikol Pashinyan de traicionar los intereses de Nagorno-Karabaj bajo la presión de Estados Unidos.

La portavoz de Exteriores rusa, María Zajarova, señaló «la negra ingratitud con la que algunos sin escrúpulos han intentado cuestionar» el trabajo de las tropas rusas desplegadas en la zona, unos «cascos azules» que según denuncia Armenia no han hecho apenas nada para evitar el ataque de los soldados de Azerbaiyán, que comenzó a bombardear Nagorno-Karabaj en la tarde del 19 de septiembre.

Nadie «eclipsará su hazaña, sino que todo esto recaerá con eterna vergüenza sobre los calumniadores», escribió en su canal de Telegram el miércoles tras conocerse la muerte de los soldados rusos. Zajarova dedicó una parte importante de su mensaje, escrito en relación con la muerte de estos integrantes de las fuerzas de paz, a criticar a los dirigentes de Armenia, pero no dijo nada sobre el papel de Azerbaiyán en la muerte de soldados rusos.

El Kremlin está recomendando a los medios estatales que culpen de todo al gobierno armenio, una represalia por sus coqueteos con EEUU y Occidente en general. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, calificó los combates como un asunto interno de Azerbaiyán. Han muerto más de 200 personas. Teóricamente, Armenia forma parte de la alianza defensiva postsoviética OTSC, pero la ‘OTAN de Putin’ no ha servido en este caso. Armenia, igual que Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, depende en cada caso de lo que es más conveniente para el Kremlin.

Rusia, que califica de «terrorismo» los ataques que sufre en suelo propio por parte de Ucrania desde que empezó a la invasión, obra con cautela en el caso de otros vecinos. Y eso que llueve sobre mojado: no es la primera vez que las fuerzas de paz rusas mueren debido a las acciones del ejército azerbaiyano en Nagorno-Karabaj. En noviembre de 2020, durante la anterior escalada, un helicóptero Mi-24 que acompañaba a un convoy fue derribado sobre territorio internacionalmente reconocido de Armenia. Aquel choque costó la vida a dos militares. Putin los condecoró, sin consecuencias para Bakú.

Algo parecido pasó con Turquía, miembro de la OTAN, en 2015 tras el derribo de un avión ruso en la frontera con Siria. Rusia anunció un paquete de sanciones económicas contra Turquía, que incluyeron bloquear las importaciones de tomates.