La muñeca rubia de Mattel nunca ha llegado a triunfar en China, un mercado gigante a la vez que complicado para el juguete que se convirtió en un icono cultural para muchas niñas y jóvenes de Occidente. Barbie fue uno de los muchos productos que vieron en primera línea el profundo cambio de la potencia asiática, que ha pasado de servir básicamente como centro barato de fabricación, a ser también un coloso consumidor donde las compañías extranjeras corren para no quedarse sin su trozo del pastel.

El fabricante estadounidense de la muñeca ha intentado por todos los medios, aunque sin mucho éxito, que el público chino abrace a su juguete estrella. En 2009 abrió en el centro de Shanghai la tienda de Barbie más grande del mundo: un edificio de seis plantas que incluía, además de ropa y más de 800 muñecas a la venta, atracciones bañadas de rosa para los más pequeños, un spa para las madres y hasta un bar de cócteles. El local cerró tan solo dos años después.

Pero Mattel no se rindió y, tras el fracaso de su megatienda, trató de darle una vuelta a la imagen de Barbie y adaptarla al mercado chino. Se asoció con el famoso modisto local Guo Pei para lanzar una muñeca de edición limitada para el Año Nuevo chino. También presentó otra con un vestido rojo y dorado, adornado con un dragón, con el rostro inspirado en la actriz Anna May Wong, considerada la primera actriz chino-estadounidense que llegó a Hollywood.

Estos guiños ayudaron a dar algo más de visibilidad a estas muñecas en medios y anuncios, pero Barbie continuó pasando bastante desapercibida en el gigante asiático. Así ha sido hasta ahora, cuando el juguete ha aparecido en carne y hueso en la gran pantalla interpretado por Margot Robbie. Barbie, la película, se ha convertido en un fenómeno en todo el mundo y en China está haciendo mucho ruido.

Con una aceptable acogida en la millonaria taquilla del segundo país más poblado del mundo, dominada siempre por empalagosas películas patrióticas, el film está recibiendo buenas críticas, con una puntuación de 8,6 sobre 10 en Douban, la web de referencia para las reseñas de películas. Aunque donde más está triunfando Barbie es en Weibo, el hermano chino de Twitter, siendo tendencia con dispares debates sobre feminismo y patriarcado a raíz de la proyección.

Pero si por algo está destacando en tierras asiáticas la película dirigida por Greta Gerwig es por una publicidad que seguramente nadie esperaba: fue prohibida en Vietnam, acusada de vulnerar la soberanía territorial del país. Todo por una escena que muestra un mapa que representa los reclamos territoriales chinos en disputa en el Mar de China Meridional, importante enclave de rutas comerciales y con ricos depósitos de petróleo y gas, del que Pekín reclama alrededor del 80% del total de las aguas.

Margot Robbie en una escena del tráiler de la película Barbie. El fondo muestra el polémico mapa por el que se prohibió la película en Vietnam.
Margot Robbie en una escena del tráiler de la película Barbie. El fondo muestra el polémico mapa por el que se prohibió la película en Vietnam.WARNER BROS PICTURES

Mostrado apenas durante una fracción de segundo, hay un detalle específico de un mapa caricaturizado que captaron desde el Consejo Nacional de Evaluación de Cine de Vietnam: un sendero punteado en forma de U que cruza hacia el océano desde lo que se supone que es China y que interpretan como la línea de nueve puntos, el límite marítimo que demarca Pekín sobre las aguas en disputa a pesar de haber sido rechazado por la Corte Internacional de La Haya en 2016. Incluso los militares de la segunda potencia mundial han llegado a ocupar – y militarizar-algunas zonas del archipiélago de las islas Spratly, ubicadas entre Vietnam y Filipinas, países que han tenido varios encontronazos con los buques y milicias marítimas chinas por los reclamos territoriales.

En Filipinas también se debatió hace un par de semanas si había que prohibir, al igual que hizo Vietnam, la proyección de la película, aunque finalmente las autoridades únicamente solicitaron que se «desdibujara» el polémico mapa en una escena en la que Barbie quiere viajar al «mundo real».

Warner Bros, el estudio a cargo de la película, ha defendido en todo momento que se trata de una imagen «puramente accidental«, que el mapa es un dibujo «infantil» sin significado intencionado ni ningún guiño político a China.

No lo ven así estadounidenses como el republicano Ted Cruz, quien acusó al film de ser «propaganda comunista procedente de China». Otro representante republicano, Mike Gallagher, añadió que el «mapa que representa los reclamos territoriales ilegales de China ilustra la presión que sufre Hollywood para complacer a los censores del Partido Comunista Chino (PCCh)».

Desde 2020, el mercado cinematográfico chino supera al de Estados unidos como la taquilla más grande del mundo. Esto, según apuntan los críticos, garantiza que Hollywood haga todo lo posible para que sus películas accedan al gigante asiático. La taquilla de China no solo representa una oportunidad para Hollywood, sino que puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso de un estudio. Eso, Pekín lo sabe, y lo utiliza para presionar con más firmeza, sobre todo a la hora de que se eliminen ciertas escenas consideradas incómodas.

«En las últimas dos décadas, el creciente mercado de taquilla de China le ha dado una influencia increíble sobre los estudios de Hollywood. Gran parte de esta influencia se ejerce a puerta cerrada, donde los censores chinos aceptan o rechazan películas para su exhibición en su mercado masivo», explicaba en una entrevista con este periódico el escritor y periodista Erich Schwartzel, autor de Red Carpet, una exploración de las relaciones entre China y Hollywood durante las últimas dos décadas.

Desde EEUU son varios los analistas que llevan tiempo avisando de que es su propia industria cinematográfica la que se está «autocensurando», moldeado regularmente sus producciones para complacer a Pekín, implementando sus propios límites a la libertad de expresión.