Ya es oficial. Bernardo Arévalo de León y Karin Herrera serán los próximos presidente y vicepresidenta de Guatemala, tras recibir este martes las credenciales por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para ostentar estos cargos en el gobierno de cuatro años que iniciará el próximo 14 de enero de 2024. El binomio presidencial del Movimiento Semilla obtuvo 2,4 millones de votos en la segunda vuelta de las elecciones celebradas el 20 de agosto, derrotando por más de 20 puntos a su rival, Sandra Torres, quien sigue sin reconocer los resultados.
Nada más recoger su credencial, Arévalo denunció que «no cesa la persecución política que está en marcha desde el Ministerio Público, cuyo objetivo pareciera ser burlar la voluntad popular y violentar el orden constitucional». De este modo, se refirió a la investigación dirigida por el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), Rafael Curruchiche, quien acusa al Movimiento Semilla de haberse constituido como partido político en 2017 falsificando más de 300 firmas de afiliados y 18 de personas ya fallecidas.
Por este motivo, Curruchiche solicitó la suspensión jurídica de esta fuerza política ganadora de los comicios, lo que provocó que el 12 de julio, el juez del Juzgado Séptimo, Fredy Orellana, aceptara esta petición y ordenara la cancelación del Movimiento Semilla. No obstante, la Corte de Constitucionalidad lo impidió, gracias a un amparo de Semilla, si bien el 28 de agosto, cuando se oficializaron los resultados de la segunda vuelta, el director del Registro de Ciudadanos del TSE, Ramiro Muñoz, resolvió la suspensión provisional de la personalidad jurídica dejando a Bernardo Arévalo sin formación política. Asimismo, la Junta Directiva del Congreso desconoció el 30 de agosto a los siete diputados de la bancada Semilla y los declaró independientes, así como a los 23 legisladores de este partido que tomarán posesión el 14 de enero de 2024.
No obstante, esta situación se revirtió de nuevo el pasado sábado cuando el Pleno de Magistrados del TSE resolvió dejar en suspenso la suspensión provisional de la personalidad jurídica de Semilla hasta que concluya el proceso electoral el próximo 31 de octubre, por lo que Arévalo recuperó su partido un día después de que denunciara un «golpe de Estado promovido desde las instituciones que deberían garantizar la justicia, encabezadas por la fiscal general, Consuelo Porras, el jefe de la FECI, el juez Séptimo y la Junta Directiva del Congreso».
En el acto de entrega de la credencial, el presidente electo ha destacado que los magistrados del TSE se han constituido en un «baluarte para impedir los intentos de asalto a la autoridad electoral desde otros poderes del Estado», por lo que ha recalcado que su acción de oponerse en un primer momento a la suspensión de su partido hasta que finalizara el proceso electoral ha supuesto una «defensa central de los valores democráticos de nuestro país».
«ESTO NO TERMINA»
A pesar de ello, ha advertido de que «sabemos que esto no termina, porque los intentos de hacer presión y asaltar esta autoridad probablemente continuarán en el futuro», si bien mostró su «confianza» en que «con la misma gallardía que ha actuado hasta ahora el TSE», seguirá haciendo lo mismo en el futuro.
Mientras, este lunes se celebró la primera reunión para el traspaso de poder entre Bernardo Arévalo y el actual mandatario, Alejandro Giammattei, con la presencia del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. En ese acto protocolario, Giammattei quiso dejar claro que «en lo que respecta al Ejecutivo, se va a respetar la voluntad soberana del pueblo de Guatemala. El pueblo habló, decidió y lo reitero con contundencia como me lo han pedido: Arévalo será el próximo presidente por parte del partido Semilla que ganó las elecciones».
A estas palabras, el mandatario electo le respondió que espera que su compromiso «sirva de ejemplo a las instituciones que mantienen una actitud de agresión y acoso a nuestro proyecto político y que contribuyan a que en este país haya un reconocimiento de la voluntad popular y de la necesidad de mantener las reglas del Estado de Derecho y no utilizar la justicia como herramienta política».
Un día después de este encuentro, tras recibir su credencial como presidente electo, agradeció el apoyo de la población por «depositar en nuestras manos no únicamente la confianza, sino la esperanza de que efectivamente nuestro país puede cambiar», por lo que mostró su compromiso a trabajar con todos los sectores de la sociedad para «hacer realidad ese futuro de libertad y justicia libre de corrupción por el que el pueblo de Guatemala ha votado».
Asimismo, agradeció al pueblo de Guatemala por defender el voto a través de manifestaciones pacíficas ante estos «esfuerzos ilegales y espurios» de la Fiscalía contra el Movimiento Semilla: «evidencia que la democracia no reside en las instituciones, sino en las convicciones que tiene un pueblo que está dispuesto a luchar por sus instituciones democráticas».
En similares términos se expresó la vicepresidenta electa, Karin Herrera, quien lamentó que el proceso electoral ha estado «lleno de obstáculos», si bien destacó que Semilla «prendió la chispa y despertó la esperanza en la juventud y en muchas familias, lo que supone un gran regalo para este país que estaba muy desilusionado y que ahora emprende un camino, que es un anhelo hacia las oportunidades de una vida diferente y un desarrollo integral».
SANDRA TORRES DENUNCIA «FRAUDE»
Por su parte, la presidenta del TSE, Irma Palencia, defendió la «necesidad de respetar el Estado de Derecho, la separación de poderes, la alternabilidad en el poder y los derechos políticos y civiles de todos los guatemaltecos expresados en las urnas» en un claro mensaje a la candidata perdedora de las elecciones, Sandra Torres, cuyo partido, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), denunció el pasado 25 de agosto a los cinco magistrados del Tribunal al considerar que hubo «fraude».
Precisamente, el Juzgado Octavo elevó este martes a la Corte Suprema de Justicia la solicitud de retiro de inmunidad a los magistrados del TSE que presentó la Fiscalía a raíz de la denuncia de la UNE que los acusa de los delitos de abuso de autoridad con propósito electoral e incumplimiento de deberes por no haber cumplido, a su juicio, con la obligación de garantizar unos comicios limpios y transparentes.
Palencia quiso salir al paso de estas acusaciones recordando que tanto los observadores nacionales como los internacionales que participaron en las elecciones del 20 de agosto, calificaron los comicios como «ejemplares», razón por la cual reafirmó como «inalienables» los derechos de los ciudadanos expresados en las urnas.