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Wang Kejian, un veterano diplomático que fue embajador en Líbano, ha sido el elegido por Pekín para convertirse en el primer «enviado de paz» chino que pone un pie en Israel y Palestina tras cinco meses de guerra. Un viaje que desde el gigante asiático han presentado como un intento para mediar en el alto al fuego y proteger a los palestinos que están siendo masacrados en Gaza por los ataques israelíes.

El diplomático chino, firme defensor de que la solución al conflicto para por la creación de «dos Estados», estuvo esta semana en Ramallah, en Cisjordania, donde se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina, Riyad al-Maliki. «China seguirá trabajando con la comunidad internacional para detener los combates lo antes posible», dijo Wang según recoge una nota del Ministerio de Exteriores chino.

El representante de la superpotencia asiática también pasó por Tel Aviv para conversar con dos altos funcionarios israelíes: Hagai Shagrir, jefe de la Oficina de Asia-Pacífico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, y Rachel Feinmesser, jefa del Centro de Investigación de Políticas del mismo ministerio.

«Wang reiteró el llamado de China a un alto el fuego inmediato en Gaza e instó a la protección de los civiles y el acceso humanitario», destacaba la lectura china del encuentro. Por parte de Israel no ha habido ninguna declaración sobre el paso por Tel Aviv del enviado de Pekín.

Hace unas semanas, el Gobierno israelí criticó a China por unos comentarios de otro de sus representantes, Ma Xinmin, durante una audiencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la ocupación de los territorios palestinos.

«El pueblo palestino lucha contra la opresión israelí. Su pelea por completar el establecimiento de un Estado independiente en los territorios ocupados es, esencialmente, una acción justa para restaurar sus derechos legítimos. El derecho a la autodeterminación sirve como base jurídica precisa para su lucha», manifestó Ma.

Hubo respuesta por parte de Lior Haiat, portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel. «La declaración podría interpretarse como apoyo de China al ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre», dijo. «China debería preguntarse por qué la organización terrorista Hamas se apresuró a elogiar las palabras del asesor jurídico chino de la CIJ», sentenció Haiat en referencia a que Hamas había agradecido en su canal de Telegram las declaraciones del representante chino.

Los diplomáticos israelíes recuerdan a menudo que, tras el ataque de Hamas del 7 de octubre, el Gobierno chino no condenó directamente al grupo integrista ni respaldó el derecho de Israel a defenderse. La embajada israelí en Pekín incluso manifestó su «profunda decepción» por la postura del gigante asiático.

A finales del pasado octubre, Pekín envió a otro «enviado de paz» a la región, sin pisar en este caso Israel ni los territorios palestinos, y sin lograr avances concretos en una posible mediación. En los últimos meses, China ha hecho repetidos llamados al cese de los ataques en Gaza y ha criticado con dureza a Estados Unidos por vetar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto el fuego inmediato.

El presidente chino Xi Jinping mantiene buenas relaciones comerciales con Israel -China es su tercer socio comercial-, pero siempre ha apoyado públicamente la causa palestina, defendido en la ONU que la solución del conflicto pasa por la creación de dos Estados, con Jerusalén Este como capital de un Estado palestino soberano.

China, que ha expandido en la última década su influencia en Oriente Próximo, fue de los primeros países fuera de la Liga Árabe que reconoció (en 1988) el Estado de Palestina. En 2013, en un intento de mediación, Xi invitó por separado a Pekín al líder de la Autoridad Palestina, Abu Mazen, y al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

La semana pasada, durante la reunión legislativa anual de Pekín, el jefe de la diplomacia china, Wan Yi, sorprendió durante una rueda de prensa al pedir una «membresía plena» de Palestina en la ONU.

«Es una vergüenza para la civilización que esta catástrofe humanitaria no pueda detenerse en el siglo XXI. Ninguna excusa puede justificar la matanza de civiles. La comunidad internacional debe actuar para lograr un alto el fuego inmediato y garantizar la ayuda humanitaria», remarcó Wang, insistiendo en la urgencia de celebrar una conferencia internacional de paz.