Los cubanos no pasearemos por la Plaza de la Revolución este próximo Día del Trabajo, el desfile más simbólico en el que el castrismo muestra su fuerza popular dentro y fuera de la isla. «Por la compleja situación económica del país, y en particular por las restricciones impuestas a la seguridad del combustible», el gobierno de Miguel Díaz-Canel ha «rediseñado el concepto» de las fiestas con su gran acto propagandístico anual, según Granma, publicación oficial. del Partido Comunista de Cuba.
Sin duda la plataforma elegida por Fidel Castro, realizando cientos de pronunciamientos desde su llegada de la Sierra Maestra en 1959. “Las ideas por las que he luchado toda mi vida no pueden morir y vivirán por mucho tiempo”, declaró el 1 de mayo. , 2003 como legado de continuidad.
El vocero del mensaje fue Ulises Gilarte, secretario general del Centro de Trabajadores de Cuba, quien dispuso «pequeños desfiles o acciones colectivas en comunidades, baterías, centros obreros y estudiantiles en celebración del Día Internacional de los Trabajadores». Para los capitalinos se decidió realizar un mitin en el Malecón y pequeñas asambleas en los lugares centrales, siempre bajo la premisa del mínimo uso del transporte.
logística gubernamental para Cada año la Plaza de la Revolución brilla a reventar Se necesitaban cientos de vehículos para movilizar a trabajadores de sus empresas y estudiantes de sus escuelas. Todo estaba orquestado, hasta el más mínimo detalle, para que tanto los simpatizantes de la revolución como los que habían sido retirados y obligados a ir a sus puestos, también decididos, estuvieran en el desfile.
Díaz-Canel señaló a través de sus redes sociales que “en lugar de un desfile de grandes trabajadores, han aparecido muchas voces en más lugares”.
Gillarte también esbozó cuál será el principal supuesto de este año: el progreso económico se ve obstaculizado por la «guerra continua» provocada por el embargo estadounidense. La segunda denuncia es que Cuba sigue en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
La crisis del combustible ha golpeado a un país en perpetua crisis económica. Desde principios de abril, las colas para comprar gasolina en las estaciones de la estatal Unión Cuba-Petróleo (Cupet) se han extendido por horas, y los pocos servicios de transporte público que quedan están casi paralizados. ellos tienen Incluso se han suspendido las clases presenciales En los campus mientras los apagones, que ya provocaron múltiples protestas en el verano de 2022, vuelven a ser parte del día a día en la isla.
Pese a que el propio Díaz-Canel exigió un mejor trato a quienes piden combustible en las gasolineras, Cimex anunció un mayor control policial ante la «complicada situación que se vive».
La situación es tan desesperada que Díaz-Canel, quien lleva apenas una semana al frente del país en su segundo mandato, señala a sus grandes aliados, Venezuela y Rusia, por no cumplir con sus compromisos de suministro de gasolina. Según sus cálculos, Cuba necesita entre 500 y 600 toneladas de gasolina por día, pero recibe menos de 400 toneladas.