Desalojan la 'prisión flotante' del Reino Unido por riesgo de infección por legionela

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Una «larga letanía de desastres» acertó a exclamar la alcaldesa de Portland, Carralyn Parkes, en alusión al último incidente en torno a la barcaza Bibby Stockholm, donde el Gobierno británico quiere alojar a más de 500 solicitantes de asilo. Embarcaron 39 esta semana y todos ellos fueron repentinamente desalojados este viernes debido a la presencia de la bacteria de la legionela en el sistema de agua de la aparente prisión flotante.

«Nos aseguraron que se habían realizado chequeos de salubridad y seguridad, cuando está claro que no se completaron adecuadamente», protestó la edil obviando su reacción de «shock y pánico». «Forma parte de una larga letanía de desastres en torno a la barcaza», añadió.

El puerto de Portland, en el sur de Inglaterra, es privado y las autoridades locales apenas fueron consultadas sobre el polémico acuerdo con el Gobierno central de arrendamiento del amarre en este apartado enclave del condado de Dorset.

La peligrosa bacteria se ha detectado en análisis de tomas de agua recogida de las tuberías de la embarcación, que amarró en el muelle de la isla de Portland a mediados de julio. Las pruebas se realizaron días atrás, pero la operación de traslado de los migrantes se puso en marcha sin esperar a los resultados.

El Ministerio del Interior británico asegura que ninguno de los evacuados ha presentado síntomas de la enfermedad, que desencadena un malestar parecido a la neumonía, de acuerdo con los expertos, y que el desalojo es una «medida de precaución». «La salud y el bienestar de los individuos en el navío es nuestra máxima prioridad», afirmó un portavoz ministerial.

El traslado al Bibby Stockholm ha resultado una operación de goteo y desgaste de la cruzada del primer ministro, Rishi Sunak, para «parar los botes» que cruzan el Canal de la Mancha hasta la costa sur inglesa cargados de migrantes. Únicamente 15 solicitantes de asilo subieron a bordo en la jornada inaugural del medio centenar anticipado originalmente. La cifra se quedó finalmente en 39 días después.

Antes de saltar la alarma de la legionela, este viernes, otros 50 individuos habían retado la decisión del Gobierno conservador y se negaban a abandonar su actual residencia en hoteles del sur de Inglaterra. Alegan que su salud mental o física se deterioraría al vivir en un espacio confinado sobre aguas portuarias.

Activistas y simpatizantes de Stand up to Racism, organización favorable a la migración, convocaron una manifestación junto a las vallas portuarias pidiendo la cancelación definitiva del plan para alojarlos en el Bibby Stockholm.