El nuevo Gobierno polaco ha descabezado a todos los medios de comunicación públicos para devolverles el principio básico de imparcialidad arrebatado por el partido Ley y Justicia (PiS) en los ocho años que estuvo en el poder. La decisión, respaldada con una resolución parlamentaria, fue anunciada hoy por el ministerio de Cultura, tras lo cual, la cadena de televisión TVP dejó de emitir.
La reorganización y reorientación de los contenidos de la radiotelevisión pública es una de las prioridades del Gobierno de Donald Tusk. Los medios públicos y no sólo la TVP sino Radio Polonia y la agencia de noticias PAP fueron trufados por el PiS y usados como canales de propaganda partidista.
La instrumentación política de los medios ha sido una constante pero especialmente visible en la campaña electoral de las elecciones del pasado 15 de octubre, pese a lo cual, el PiS perdió la mayoría parlamentaria en favor de la oposición liderada por el nuevo primer ministro, Donald Tusk. Según un informe del Centro Europeo para la Libertad de Prensa y de los Medios de Comunicación (ECPMF), organismo financiado principalmente por la Comisión de la UE, los medios públicos polacos actuaron en la campaña como «brazo propagandístico del gobernante PiS» y participaron en el vilipendio de sus críticos.
La misión de observación electoral de la OSCE criticó por su parte a la radiotelevisión pública por emitir «claramente a favor del PiS en sus informaciones y mostrar una abierta hostilidad hacia la oposición».
En la que es una de las primeras medidas del Gobierno Tusk para restituir los pilares del Estado de Derecho, y entre ellos la Libertad de Prensa, la ola de destituciones también ha llegado a los jefes de las principales oficinas de seguridad del Estado, como la agencia de Inteligencia o de Anticorrupción.
Desde el PiS se han mostrado radicalmente en contra de las medidas impulsadas por Tusk, al que le recuerdan que las decisiones adoptadas tan solo pueden ser aprobadas por el Consejo Nacional de Medios, impulsado durante el mandato del ex primer ministro Mateusz Morawiecki. El rechazo es tal que el PiS llamó a sus seguidores a desplazarse a las oficinas centrales de la TVP en Varsovia para denunciar lo que consideran es «un intento de apoderarse de la televisión pública por la fuerza». Morawiecki y el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, fueron los primeros en llegar.
Por su parte, el actual ministro de Cultura y Patrimonio Nacional, Bartlomiej Sienkiewicz, ha aseverado que los opositores «no conseguirán nada» con su protesta.