Tiene seis años y tiene autismo. A veces se vuelve incontrolable y necesita beber mucha agua todo el tiempo, según cuenta su abuelo materno. Ser menor de edad o padecer el trastorno no fue obstáculo para que guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) lo secuestraran junto con su madre, una sargento del Ejército, y su hermana mayor de 8 años, cuando viajaban. camino. Se dirigían a Arauca, la capital del departamento fronterizo con Venezuela, que lleva el mismo nombre.
La suboficial Ghislan Karina Ramírez, de 32 años, debía incorporarse a la Brigada XVIII, a la que fue trasladada, y decidió viajar en su automóvil desde la base militar Tolimayda, en Melgar, en el centro del país, hasta su Nuevo destino.
El secuestro se produjo la noche del lunes en la vía entre las localidades de Tame y Fortol, ambas en Arauca.
“Tentativamente, se supone que la familia fue secuestrada por miembros del Frente Domingo Línea Sainz del Ejército de Liberación Nacional”, dijo la mañana de este miércoles un comunicado del Ejército. Agregan que “rechazan categóricamente este crimen de lesa humanidad” y toman todas las medidas para recuperar a los secuestrados.
El padre de la sargento, Gerardo Ramírez, le había suplicado que dejara el ejército antes de acceder a ir a una zona controlada por el ELN y las FARC. Los militantes cometen continuos ataques contra el ejército y la policía, librando durante meses una cruenta guerra por el control de la zona que dejó más de trescientos muertos hasta que llegaron a una especie de tregua y todas las bandas criminales controlan la zona.
Tienen una ventaja adicional, especialmente la NLA, que es la capacidad de refugiarse en el santuario de Venezuela. Una vez que cruzan el río fronterizo, algo que hacen en menos de dos minutos, ya están a salvo y protegidos por el chavismo.
“Mi hija también es música. Tiene 32 años y estudió en el Conservatorio del Tolima, donde aprendió a tocar el clarinete, y un día decidió alistarse en el ejército”, dijo Ramírez al diario bogotano El Tiempo.
El hombre ha estado angustiado desde que su hija dejó de contestar su teléfono móvil el lunes por la noche. Exige su liberación inmediata, especialmente por el estado del pequeño Juan Camilo y su nieta Ange Rocío. “Dios bendiga que esta pesadilla termine pronto y que mi hija y mis nietos sean liberados en paz”, reza el abuelo.
El secuestro se produjo mientras el Ejército de Liberación Nacional negociaba un proceso de paz con el gobierno de Gustavo Petro en La Habana, Cuba. Y cuando mañana comience el cese de hostilidades por sólo un mes. En teoría no atacarán al Ejército y la Policía, pero ya advirtieron que seguirán con los secuestros y las extorsiones, con una desfachatez que enfureció a la sociedad colombiana. Para evitarlo, Petro anunció que establecería un fondo internacional para financiarlo, iniciativa que generó duras críticas de diversos sectores políticos y sociales.