• Comicios Elecciones en Polonia: un referéndum antimigratorio como estrategia para movilizar el voto

No habrá cambio en Polonia. El gubernamental partido Ley y Justicia (PiS) podrá repetir legislatura, la tercera consecutiva, según los sondeos a pie de urna difundidos por los medios locales al cierre de los colegios electorales. Las proyecciones dan al PiS una horquilla de entre el 35% y el 36,8%, mientras que la Coalición Cívica (CO), liderada por el ex presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, obtendría el 31,6% de los votos.

Los sondeos a pie de urna en Polonia suelen tener un margen de error del 2%, por lo que no se esperan grandes vuelcos a medida que avance el escrutinio. Los resultados oficiales, sin embargo, no se conocerán hasta el martes.

Sin mayoría a la vista, el PiS necesitará un socio para asegurarse la mayoría parlamentaria y conservar el poder. El único posible es la Konfederacja Wolnosc i Niepodleglosc (Confederación de la Libertad y la Independencia), un partido nacionalista-libertario con representación en el Parlamento, liderado ahora por el empresario de 36 años Slawomir Mentzen, quien ha sido criticado por no querer «ni judíos, ni homosexuales, ni aborto, ni impuestos, ni Unión Europea». La Confederación, que no se cierra a una alianza con el PiS, quiere recortar drásticamente las prestaciones sociales y abolir el seguro de pensiones. También sigue una línea nacionalista anti-ucraniana.

Sólo en el supuesto de que Confederación rechace formar Gobierno y abstenerse en una investidura, Tusk podría maniobrar. En este caso sería un tripartido con el partido centrista «Tercera Vía» y con «Nueva Izquierda». Uno de los líderes de esa formación, Wlodzimierz Czarzasty, ya ha dicho que su partido estaba dispuesto a aliarse con la CO. Con sus críticas radicales a la Iglesia Católica y sus planes para ampliar la ley del aborto, Nueva Izquierda se ha dirigido a los votantes para los que Tusk es demasiado conservador y, por tanto, no elegible.

La victoria del PiS tras una campaña electoral apocalíptica, planteada como una lucha existencial por el alma del quinto país más poblado de la UE, entierra la voluntad de cambio de millones de polacos, pero evita al mismo tiempo un estancamiento caótico. Al PiS ya le queda poco por hacer para destrozar Polonia y socavar el Estado de Derecho sin salir de la Unión Europea. De acceder la oposición al poder, Tusk se verá rodeado por los tribunales e instituciones controladas por el PiS y por un presidente reticente. Sin el desmantelamiento del sistema desarrollado por PiS y es una tela de araña, Tusk no podría hacer gran cosa.

El triunfo del PiS causará sin duda una gran decepción en distintas capitales europeas y entre Berlín. Los ataques a Alemania han sido constantes. Además de reavivar los contenciosos históricos el PiS no ha cesado de plantear nuevas quejas y acusaciones contra sus vecinos. Los ha criticado en todos los ámbitos y a todos los niveles, desde su modelo social hasta su política internacional, además de modelar a la Unión Europea como un «cuarto Reich» cuyo objetivo principal es impedir el desarrollo económico de Polonia.

Según la prensa polaca, «alemán» ha sido uno de las diez palabras esgrimidas como «insulto» más repetidas en la campaña electoral, y una de las maneras más frecuentes a la hora de descalificar al líder de la oposición, «Herr Tusk». El más propenso a la retórica antigermana ha sido el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, aunque también el primer ministro saliente, Mateusz Morawiecki ha transitado por esa vía y reclamado, como su jefe, el pago de indemnizaciones de guerra.

El discurso de Coalición Cívica se ha centrado en la necesidad de recuperar el prestigio internacional de Polonia y enmendar sus relaciones con la Unión Europea, para lo que hubiera sido necesario deshacer las reformas del Gobierno en el ámbito judicial y restaurar las instituciones democráticas que han sufrido un desgaste considerable desde la llegada del PiS al poder, en 2015.

Todo eso queda en el aire. Las fuerzas democráticas y europeístas y la Comisión Europea tendrán que prepararse para otros cuatro años de desavenencias. Polonia tiene una economía en rápido crecimiento, está bien pertrechada militarmente y desempeña un papel clave en el apoyo a Ucrania, pero no Bruselas no puede hacer la vista gorda y aplicar con laxitud las condiciones para acceder a los fondos europeos y en el caso de Polonia siguen bloqueados.