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  • Opinión El compromiso socialista garantiza el Gobierno en Portugal

El nuevo Parlamento luso se vio este martes incapaz de elegir su presidente después de tres votaciones y lo volverá a intentar hoy, debido a la complicada configuración de la cámara tras las elecciones legislativas del 10 de marzo que dejó unos resultados muy ajustados.

En la última votación del día, ninguno de los aspirantes a convertirse a presidente de la cámara, ni el conservador José Pedro Aguiar-Branco ni el socialista Francisco Assis, logró los 116 apoyos necesarios para ser elegido por mayoría absoluta, al conseguir 88 y 90 votos, respectivamente.

Por ello, el presidente temporal de la unicameral Asamblea de la República, el comunista António Filipe, el diputado más antiguo, decidió, tras un acuerdo de los partidos, posponer la sesión hasta mañana para volver a intentarlo, no sin antes bromear:

«Pese a mi inusitada permanencia en funciones, no voy a pernoctar en la residencia oficial, hasta mañana», dijo Filipe, lo que suscitó las risas de los parlamentarios.

La jornada, que terminó pasadas las 23.00 hora local (misma hora GMT), había comenzado a las 10.00 cuando el Parlamento inauguró su XVI legislatura tras los comicios, y después de un descanso hasta las 15.00 horas, retomó su labor para elegir a su presidente.

A la primera votación únicamente se presentó Aguiar-Branco, candidato de la coalición mayoritaria en el Parlamento, Alianza Democrática (AD), que logró 89 votos en esa ronda inicial.

Acto seguido, hubo una segunda votación, a la que se postularon tres aspirantes, de nuevo Aguiar-Branco, Assis y la diputada de ultraderecha Manuela Tender, sin que ninguno obtuviera la mayoría absoluta necesaria para ser elegido.

Aguiar-Branco obtuvo 89 votos, frente a los 80 de Assis y los 49 de Tender, con un quórum en el Parlamento de 229 de los 230 diputados, con lo que Filipe pidió a los parlamentarios que no se movieran de su sitio para votar por tercera y última vez del día entre los dos con más apoyos, sin que hubiera un resultado concluyente.

Las elecciones legislativas del 10 de marzo en Portugal dejaron un resultado ajustadísimo, con la victoria de AD, con 80 diputados, frente a los 78 del Partido Socialista y los 50 de la formación de ultraderecha Chega.

Con su medio centenar de diputados, Chega se revela como una fuerza clave para gobernar, pero el líder de AD, Luís Montenegro, ha insistido en numerosas ocasiones que no tiene intención de pactar con la ultraderecha.

Y prueba de ello fue este martes, cuando ha quedado patente lo complicada que va ser esta legislatura para Montenegro.

Tras la primera votación, el líder de Chega, André Ventura, explicó que existía un acuerdo previo entre Chega y AD para un «trabajo conjunto» en el Parlamento. Sin embargo, agregó, durante toda la mañana de hoy «públicamente» dirigentes de la coalición de centroderecha aseguraron que no existía ningún acuerdo y que «Chega era dispensable».

Y advirtió al Partido Social Demócrata (PSD), grupo principal de AD y del que Montenegro es presidente, que «tiene que escoger las compañías, tiene que escoger si quiere hacer una coalición con el PS (Partido Socialista) o si quiere gobernar a la derecha».