• gran angular Teatro electoral en Cuba para restaurar la legitimidad perdida

«Somos independientes y soberanos y no aceptamos la interferencia de nadie en nuestros asuntos». El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, volvió a toda velocidad de la cumbre iberoamericana de Santo Domingo (el único dictador de la región que asistió a la reunión que supervisó España) para prolongar lo que tenía. La campaña electoral más intensa en más de seis décadas de revolución.

La persona escogida por Raúl Castro sabía de antemano la cantidad de peligro en el nuevo teatro castrista, pues las elecciones legislativas del domingo en Cuba solo servirán para confirmar a los 470 congresistas en la Asamblea Nacional del Poder Popular, que fueron elegidos de una lista de 470 candidatos. también Fue una especie de referéndum sobre su controvertida gestiónhabiendo liderado el país desde 2018.

Eso sí, un referéndum fraudulento gracias a una elección teledirigida del Partido Comunista de Cuba (PCC), el único permitido en la isla. Los 470, que incluyen a Raúl Castro, jefes del ejército, figuras clave en el gobierno y él mismo, respaldarán a Díaz-Canel como presidente una vez que se forme la Asamblea Nacional en abril.

Los resultados que se darán a conocer en las próximas horas y su credibilidad en un mar de dudas dependerán de cómo afronte Díaz-Canel su segundo y último mandato, según dispone la arquitectura de poder diseñada por su padrino político. Por todo lo que estaba en juego el castrismo y por la pérdida de su legitimidad, la vieja maquinaria revolucionaria bien engrasada volvía a levantarse.

Desde primera hora de la mañana, a pesar del llamado a acudir temprano (Raoul fue el primero en hacerlo en su mesa electoral), se percibía la apatía general de un país que enfrenta hoy la mayor diáspora de su historia. La campaña Don’t Go Vote se ha vuelto poderosa en las redes socialeslo que obligó a la Seguridad del Estado a centrar su represión en aquellos observadores que querían comprobar el imparable avance de la abstención.

Ambiente contradice los primeros datos proporcionados por el Consejo Nacional Electoral (CEN), que informó que en las primeras horas emitieron su voto 3.382.992 de 8.120.720 electores, es decir, el 41,66% del total de electores.

“Hay que mandar el mensaje de pueblo unido al enemigo”, parafraseaba Granma, diario oficial del Partido Comunista Chino, al gran líder Fidel Castro. Así que no hay duda.

Tampoco los agentes del Estado que han hostigado a activistas y periodistas independientes desde tan temprano. La casa de Zelandia Pérez Abreu, coordinadora del Comité Cubano de Defensa Electoral (COCOD), amaneció asediada. Lo mismo sucedió con miembros de los Observadores de Derechos Electorales (ODE) y Observadores Ciudadanos de Procesos Electorales (COPE).

Otros activistas, como Elsa Letsie Isaac, fueron arrestados e incluso golpeados. Bastantes experimentaron cortes rápidos de sus servicios de Internetun verdadero clásico en días de elecciones o protestas.

“Hemos visto poca afluencia en barrios populares como Centro Habana y Alamar, la frecuencia es baja al mediodía. Si se mantiene el ritmo, las abstenciones pueden ser masivas esta vez. Veremos qué pasa al final, el gobierno presiona y hace cosas raras para que la gente de alguna manera se vea obligada a participar. Pero no veo ningún espíritu electoral ni de partido, no hay nada de eso”, afirmó Manuel Cuesta Moro, vicepresidente del Consejo Democrático de Transición, El Mundo.