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Estados Unidos ha lanzado una oleada de bombardeos contra 85 objetivos en Siria e Irak en lo que constituye, según fuentes estadounidenses, la primera fase de la respuesta a la muerte de tres soldados en una base en Jordania el domingo pasado en un ataque lanzado por uno de esos grupos. La acción, que ha sido reivindicada por la Resistencia Islámica de Irak – un nombre bajo el que se agrupan varias milicias proiraníes – fue llevada cabo con un dron que atacó una base estadounidense de apoyo logístico a las tropas que ese país mantiene en Siria.
Según la agencia de noticias Associated Press, los blancos han sido los centros de mando y comunicaciones, así como los arsenales y depósitos de combustible de esas milicias. Un portavoz de la Casa Blanca calificó de «éxito» los ataques y precisó que los aviones estadounidenses implicados en la operación, que apuntaba a 85 objetivos en siete lugares, tres en Irak y cuatro en Siria, dispararon «más de 125 municiones de precisión en aproximadamente treinta minutos».
Los bombardeos han sido llevados a cabo por aviones tripulados y por drones. Entre los primeros, destaca la utilización de bombarderos estratégicos supersónicos B-1, que fueron fabricados en la década de los ochenta para llevar a cabo un ataque nuclear contra la Unión Soviética, aunque desde hace dos décadas no tienen capacidad para usar bombas atómicas. Los B-1 están basados habitualmente en Estados Unidos, y cada uno de ellos lleva un máximo de 34 toneladas de bombas. El ataque es la mayor intervención militar estadounidense en Oriente Medio desde que Donald Trump bombardeó Siria en 2017 y 2018. En el segundo de estos ataques también participaron Francia y Gran Bretaña.
EEUU ha indicado que las represalias militares contra Irán se extenderán en el tiempo, y no descarta que incluyan acciones de ciberguerra contra ese país que se sitúan en la llamada ‘zona gris’ de los conflictos bélicos, dado que no existe una opinión unánime de que esos ataques constituyan actos de guerra o no. «Nuestra respuesta empezó hoy. Continuará en el momento y lugares de nuestra elección», ha dicho el presidente en un comunicado difundido por la Casa Blanca. «Estados Unidos no busca conflictos en Oriente Medio ni en ningún otro lugar del mundo. Pero que todos aquellos que quieran hacernos daño sepan: si haces daño a un estadounidense, responderemos», añadió. El Gobierno de Biden ha descartado atacar directamente el territorio de Irán, algo que ningún presidente ha intentado desde que en abril de 1980 Jimmy Carter trató de rescatar a los más de 50 rehenes estadounidenses mantenidos por el régimen de Teherán en su embajada en el país.
Por su parte, las Fuerzas Armadas de Irak condenaron los bombardeos y advirtieron de que esta acción tendrá «consecuencias imprevistas» y «repercusiones desastrosas» en Oriente Medio.
No está claro si las Fuerzas Armadas estadounidenses han atacado o no a las fuerzas de la Guardia Revolucionaria iraní en Irak, aunque sí se sabe que no lo ha hecho contra los tres barcos que se país mantiene en el Mar Rojo y el Golfo de Omán para dirigir los ataques de los hutíes de Yemen contra mercantes internacionales y, desde esta semana, barcos de guerra estadounidenses. EEUU lleva bombardeando a los hutíes como represalia por esas acciones desde el 11 de enero. Hace apenas tres días, el Pentágono informó de que un destructor estadounidense interceptó un misil hutí cuando éste se encontraba apenas a 1.500 metros del barco.
El hecho de que el Gobierno de Joe Biden hubiera anunciado hace días que iba a atacar de manera sostenida a los aliados de Irán parece haber dado tiempo a esas milicias – y, posiblemente, a la Guardia Revolucionaria de ese país – destacadas en Siria e Irak a dispersarse, lo que podría, así, reducir la efectividad de estas operaciones. Esta semana, la milicia iraquí Kataeb Hizbulá, a la que Washington considera muy probablemente responsable de la muerte de sus tres militares, anunció una tregua unilateral en sus ataques contra EEUU.

Un ataque con aviones no tripulados en la frontera de Jordania deja al menos tres militares de EEUU muertos y otros 34 heridos
Un ataque con aviones no tripulados en la frontera de Jordania deja al menos tres militares de EEUU muertos y otros 34 heridos
La acción es el culmen de un día en el que la agenda del presidente estadounidense, Joe Biden, ha estado marcada por el ataque del domingo. Por la mañana, Biden viajó a la base aérea de Dover, en Delaware, para recibir los cadáveres de los tres soldados muertos. El presidente se reunió con los familiares de los fallecidos y con altos mandos militares, y poco después la Casa Blanca anunció una nueva ronda de sanciones económicas contra Irán.
Al menos 18 muertos por los bombardeos, según ONG y fuentes militares
Al menos 18 miembros de milicias proiraníes habrían muerto este viernes en los bombardeos, informaron una fuente militar iraquí y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Del lado sirio, los ataques aéreos causaron la muerte de 13 milicianos y destruyeron 17 posiciones de los grupos armados apoyados por Teherán en la provincia oriental de Deir al Zur, según un comunicado del Observatorio, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Las acciones se concentraron en la zona de Al Mayadín, considerada la «capital iraní» en Siria, así como en el distrito de Al Bukamal, fronterizo con Irak y una importante ruta de abastecimiento para estas milicias aliadas del Gobierno sirio.
Por otro lado, una fuente del Ejército iraquí con rango de coronel dijo a Efe en condición de anonimato que al menos cinco milicianos proiraníes murieron y otros tres resultaron heridos en «varios» ataques aéreos contra posiciones de la poderosa milicia Kataib Hizbulá en la zona de Al Qaim, pegada a la divisoria con Siria.