La reacción tardía del Rey de Marruecos, Mohamed VI, tras el devastador seísmo en el país que ha dejado ya más de 2.000 muertos ha generado malestar, pues muchos se preguntan dónde se encontraba cuando se produjo el terremoto. El monarca, que pasa largas temporadas en Francia, no reaccionó a la catástrofe hasta el sábado por la tarde, cuando ya gran parte de la comunidad internacional había expresado sus mensajes de condolencia y apoyo. De momento, Rabat no ha aceptado de manera oficial la ayuda de París, a pesar del vínculo entre ambos países y de que el presidente, Emmanuel Macron, ha tendido la mano. Sí la de España, que ya ha enviado equipos a la zona.
El monarca estuvo desaparecido las primeras horas tras el drama. Algunos medios sitúan al monarca en Francia el sábado por la mañana. Según el periódico Parisien-Aujourd’hui, Mohammed VI estaba en París, donde llegó el día 1 de septiembre por motivos médicos. Éste ya se había sometido a operaciones en la capital francesa en otras ocasiones.
Las autoridades galas no han confirmado esta información. El monarca pasa casi más tiempo fuera de Marruecos (en Francia o Gabón) que dentro, pero su mutismo durante la mañana del sábado en unas circunstancias tan dramáticas ha causado controversia. No fue por la tarde cuando apareció en una foto en las redes sociales en las que se le veía presidiendo una reunión.
«El Rey de Marruecos ha brillado por su ausencia en las primeras horas que han seguido al seísmo» que ha sacudido al país, critica el periódico Ouest France.
Mohamed VI viaja con bastante frecuencia a Francia, donde pasa largas temporadas. Tiene una mansión de vacaciones y en 2020, en plena pandemia, se compró un palacete a los pies de la Torre Eiffel de 1.600 metros cuadrados por unos 80 millones de euros, según informó la prensa gala.
«Mientras los jefes de Estado de Francia, EEUU o España transmitían su emoción, no había ninguna reacción del soberano», denuncia el citado medio, que recuerda que el anuncio de los tres días de luto «fue decretado por su gabinete».
La diáspora marroquí es la segunda más presente en Francia (tras la argelina), con más de 1,7 millones de ciudadanos nacidos en territorio galo, pero cuyos padres o abuelos emigraron de Marruecos. A pesar del vínculo entre ambos países, París todavía no ha recibido aún una petición oficial de ayuda por parte de Rabat.
España sí la ha recibido y ya ha enviado los primeros equipos. Francia «está lista para intervenir en cuanto las autoridades marroquíes lo juzguen útiles», ha dicho el presidente, Emmanuel Macron, desde la India, donde participa en la reunión del G20. «Las autoridades marroquíes saben exactamente lo que podemos entregarles y cuándo», ha insistido.
El embajador de Francia en el país, Christophe Lecourtier, ha explicado las razones de esta tardanza en la cadena RTL: Ha dicho que ayer estuvo en contacto con las autoridades marroquíes, que «están realizando una evaluación de la situación, pues las regiones del Sur están muy aisladas y alejadas de los centros urbanos».
Los aviones humanitarios necesitan autorización del Gobierno marroquí para poder aterrizar y en estas zonas sería más complicado. Según el presidente del Servicio Internacional de Bomberos de Emergencia, Philippe Besson, «gran parte del acceso es imposible porque estas áreas son inaccesibles y deben establecer puentes para acceder. La visión global no está clara», ha dicho a Le Monde.
Francia está movilizada y muchas organizaciones humanitarias han ofrecido ayuda. El país contabiliza de momento cuatro nacionales muertos en el seísmo. Mohamed Chaouih, presidente de la Asociación de los Marroquíes en Francia, ha explicado el sentir de la comunidad marroquí al diario Libération: «Es terrible, estamos muy preocupados, los franco marroquíes y los franceses de origen marroquí no han podido dormir en toda la noche. Este seísmo sacude a todo el mundo. Estamos recibiendo muchas llamadas, especialmente de personas que no han tenido noticias de sus seres queridos».