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  • Reino Unido Keir Starmer agita a la izquierda laborista con su plan para combatir el fraude social

La Conferencia Nacional del Partido Laborista ha votado por mayoría en contra de los recortes de las prestaciones de los pensionistas para pagar la calefacción en invierno solicitados por Keir Starmer. En un duro revés para el “Primer Ministro” que partió a Nueva York para intervenir en la Asamblea General de las Naciones Unidas, los activistas sindicales apoyaron una propuesta Lo que indica su desacuerdo con el gobierno. Y exigir lo contrario.

«No podemos retirar la ayuda a los más vulnerables y dejar intactos a los ricos», declaró Sharon Graham, líder del United, que se convirtió en el principal héroe al concluir la conferencia del Partido Laborista en Liverpool. “Somos la sexta economía más grande del mundo y tenemos dinero. El Reino Unido necesita inversión, no un retorno a la austeridad. «Es una decisión equivocada y el gobierno debe corregirla».

La moción, que fue votada a mano alzada, no es vinculante pero representa un duro revés para el gobierno de Starmer. Hace dos semanas se aprobó en el Parlamento la retirada de ayudas de hasta 350 euros a 10 millones de pensionistas. 348 a 228 votosCon la abstención o ausencia de cincuenta representantes del Partido Laborista.

John Trickett, diputado laborista, no sólo rompió con el sistema de votación sino que también se unió al bloque de oposición e hizo una feroz defensa de las prestaciones de invierno para los pensionistas, impulsadas en su momento por Tony Blair. “Para muchos jubilados, Conseguir ese dinero para poder encender la calefacción es una cuestión de vida o muerteafirmó Trickett.

Pero Keir Starmer volvió a justificar «medidas potencialmente impopulares» en su discurso del martes en Liverpool. Se estima que la retirada de las ayudas a los pensionistas Supondrá un ahorro de unos 1.800 millones de euros para las arcas del Estado. La tesorera Rachel Reeves destacó que el gobierno laborista había heredado un agujero fiscal de los gobiernos conservadores (estimado en 26 mil millones de euros), pero insistió en que el inminente presupuesto «no significaría un retorno a la austeridad».

A pesar del revuelo general que rodeó tanto a Reeves como a Starmer en la conferencia de Liverpool, bajo el lema “Empieza el cambio”, las tensiones parecían claras entre el ala izquierda del Partido Laborista debido a las controvertidas decisiones del Primer Ministro tres meses después de su llegada. En Downing Street también se vio afectado por el escándalo de los obsequios personales que le llevó a tocar fondo en un tiempo récord en niveles de aprobación popular.