• Reino Unido La enfermera británica Lucy Letby, declarada culpable del asesinato de siete bebés
  • Reino Unido La enfermera acusada de asesinar a siete bebés escribió las iniciales de sus víctimas en su diario

La enfermera inglesa Lucy Letby asestó un último golpe a los padres de los bebés que asesinó, manipuló o hirió de gravedad entre 2015 y 2016 en la sala de maternidad del hospital Countess de Chester, en el noroeste de Inglaterra. La más prolífica asesina de menores en Reino Unido rehusó asistir a la sesión final del juicio, este lunes 21, que está dominada por los testimonios personales de las víctimas sobre el impacto de los crímenes y la lectura por parte del juez de la inevitable condena a cadena perpetua.

La ausencia de Letby de la sala del tribunal de Manchester es motivo de angustia e ira de los familiares, políticos y otros sectores de la población. Los padres pierden la oportunidad de mirar a la cara a la enfermera asesina a medida que expresan su dolor personal, su calvario interno, y el juez hace público, en el resumen de su sentencia, la «condena de la sociedad ante la magnitud de sus crímenes», según una fuente anónima declaró al diario The Telegraph.

Letby, de 33 años, fue condenada el viernes por el asesinato de siete recién nacidos y el intento de asesinato de otros seis bebés. El jurado le absolvió de otros dos intentos de matar a sus diminutos pacientes y no acertó a emitir veredicto respecto a seis casos adicionales.

La «enfermera de la muerte» trabajaba en el departamento de prematuros y estaba calificada para intervenir en cuidados intensivos. Mató a sus víctimas o, en algunas instancias, les causó complicaciones de salud para el resto de la vida con métodos en principio discretos que tardaron en levantar las sospechas de médicos y gerentes.

Les inyectaba aire por el tubo digestivo, les sobre alimentaba de leche u otros fluidos y manipulaba con insulina el conducto sanguíneo. Tendía a elegir gemelos y hasta trillizos entre los 17 recién nacidos que estuvieron en la sádica diana.

Los crímenes ocurrieron entre junio de 2015 y junio de 2016. Letby era el común denominador de todos ellos. Tantas muertes repentinas y repetición de colapsos clínicos inexplicados sucedieron durante los turnos de la enfermera, pero la gerencia del hospital tardó otro año más en apartarla del departamento de prematuros y llamar finalmente a la policía.

El Gobierno ha encargado una investigación del terrible crimen en masa perpetrado por una joven aparentemente competente en su oficio, con educación, amistades y estilo de vida típicamente normales. Hija única, contó con el apoyo moral de sus padres a lo largo de los diez meses de juicio.

La Policía mantiene el caso abierto y ha extendido la investigación a unos 4.000 pacientes ingresados en los centros de maternidad de los hospitales de Chester y Liverpool, donde hizo prácticas, en respuesta a indicios de «30 incidentes sospechoso», según adelantó The Guardian.