La primera alerta a la comisaría de uno de los subdistritos de Koh Phangan llegó a las 12.00 horas del 3 de agosto. Los recolectores de residuos municipales habían encontrado en el basurero de la planta de incineración restos humanos dentro de un saco de fertilizantes. Eran restos de un hombre: intestinos troceados, partes de las nalgas y el pene. Un día después, mientras los trabajadores removían todo el basurero en busca de más pruebas, descubrieron dentro de una bolsa de plástico negra partes de una pierna derecha. También una camiseta, un pantalón corto y un calzoncillo.
Los investigadores encontraron en la bolsa una etiqueta de compra que los llevó hasta una tienda de Koh Phangan, una isla muy turística al sudeste de Tailandia. Allí revisaron las cámaras de circuito cerrado y descubrieron que un extranjero, un chico joven con una larga melena rubia, había comprado en ese establecimiento comercial el 1 de agosto bolsas de plástico grandes, un cuchillo de picar carne, guantes de goma, detergente, una esponja y lanas de acero inoxidable.
Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, confiesa haber asesinado y descuartizado a un cirujano colombiano en Tailandia
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El descuartizador Daniel Sancho y su víctima «iban a armar un negocio» y se veían en España
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Tras la compra, las cámaras apostadas fuera del local captaron cómo el chico se marchó en una pequeña motocicleta alquilada, que es la forma habitual que escogen los turistas para moverse por esta pequeña isla que tiene la mitad de tamaño que Ávila. Gracias a la matrícula, los agentes dieron con la tienda propietaria del vehículo. Allí les entregaron la documentación donde venía el nombre del chico que había alquilado la moto: Daniel Sancho Bronchalo, de 29 años, la misma persona que el jueves día 3 había ido a una comisaría para denunciar la desaparición de un hombre colombiano con quien estaba pasando la estancia en la isla.
Cuando Sancho fue a presentar la denuncia de la desaparición, en los medios tailandeses ya había saltado la noticia de que en el basurero se habían encontrado restos humanos. Los diarios locales comenzaron a publicar que se trataba de un asesino que había descuartizado a su víctima. Y empezaron a salir nombres. El muerto era Edwin Arrieta Arteaga, un cirujano de 44 años que resultó ser el acompañante de Sancho.
El español había llegado a Koh Phangan el 31 de julio, poco antes que Arrieta, quien habría hecho una reserva en un hotel junto a la playa de Thong Nai Pan, al noroeste de la isla. Sancho, por su parte, tenía a su nombre otra habitación reservada en otro resort alejado, en Salad Beach, en la costa este, junto a una de las playas más tranquilas de la zona teniendo en cuenta que ambos estaban en aquel paraíso turístico para asistir a la famosa fiesta de la luna llena, cuando los Dj toman las playas y ponen música durante toda la noche.
La policía, a través de las cámaras CCTV de la isla, rastreó los últimos movimientos de la víctima, a quien Sancho recogió en el puerto (solo se puede acceder por barco a Koh Phangan) el día 2 a las 15.00 horas. Aquella jornada, el español y Arrieta estuvieron comiendo y viajando en moto juntos por la isla. En las imágenes de vídeo se aprecia que el médico colombiano viste una camiseta negra y pantalones cortos, la misma ropa que fue encontrada en la bosa del basurero. Luego fueron juntos al hotel de Salad Beach, y allí se perdió el rastro de Arrieta.
Cuando el español se convirtió en el principal sospechoso, la noticia salió de las fronteras tailandesas con un aliciente mediático en España que captaba aún más la atención: el chico de la melena rubia trabaja como chef en Madrid, tiene un canal de YouTube y es hijo del popular actor Rodolfo Sancho, quien habría cogido rápido un avión rumbo a Tailandia para conocer de primera mano la situación en la que se encuentra su hijo.
Confesó el crimen
Cuando los agentes ataron cabos analizando las imágenes de las cámaras, interrogaron a Sancho. Este negó en un primer momento cualquier participación en el asesinato. Después, tras el segundo registro del basurero y de la habitación de Salad Beach, donde encontraron rastros de sangre, pelos y grasa en las tuberías, el hijo del actor, según las autoridades tailandesas, confesó el crimen.
Los investigadores aseguran que Sancho, quien se encuentra bajo custodia policial en estos momentos y pasará el lunes a disposición judicial, les explicó que llevó a Arrieta a su habitación y que, en un ataque de celos, lo golpeó, con la mala suerte de que el colombiano cayó y se dio un golpe en la cabeza con el borde de la bañera.
Después, tratando de tapar el suceso, siempre según las mismas fuentes policiales, Sancho «cortó el cuerpo en 14 pedazos» y repartió algunos restos en las bolsas que lanzó al basurero, mientras que otros los metió dentro de una bolsa de viaje que arrojó al mar.