Tras los cuatro primeros días de guerra entre Israel y Hamas, los muertos israelíes ascienden a 1.200 y los heridos a 2.800. Entre los palestinos de Gaza, los muertos son al menos 1.050 y los heridos se cuentan por miles. Además de los cientos de terroristas que murieron en el asalto del sábado.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, anunció este lunes que Gaza ya no recibirá «ni electricidad, ni alimentos, ni agua, ni combustible»: Israel ha dicho que está «en guerra contra animales, y por tanto se comportará en consecuencia». Palabras que han alarmado a la ONU: «La imposición de asedios que ponen en peligro la vida de civiles al privarles de bienes esenciales para su supervivencia está prohibida por el derecho internacional humanitario», ha recordado el responsable de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk.
El dilema de los rehenes
En manos de Hamas hay unos 130 prisioneros, entre ellos muchos extranjeros y hasta 50 soldados. Ahora mismo son el único elemento disuasorio para tratar de evitar un ataque masivo de Israel: el movimiento islamista ha amenazado con matar a uno por cada edificio de Gaza destripado. E invadir la Franja sin matar rehenes es difícil, por tanto Israel tendrá que sopesar la presión de las familias y de los países aliados.
Pero, ¿es segura la escalada?
La respuesta rápida es que sí, pero hay más factores a tener en cuenta. Es cierto que ya hay intentos de mediación por parte de Egipto, Qatar, Turquía y Alemania, ero Israel ha prometido cambiar la historia de Oriente Próximo «durante los próximos 50 años» y por el momento es inimaginable que dé marcha atrás. El objetivo es alquitranar a Hamas, exterminando a sus cuerpos de élite y a sus dirigentes, que tarde o temprano serán atrapados en sus escondites en el extranjero.
La situación humanitaria
Las cosas pintan mal en Gaza: según la ONU, ya hay 123.000 desplazados tras los primeros bombardeos y gran parte de la población sufre daños en las instalaciones de agua y saneamiento. La única central eléctrica de la franja ya se está quedando sin combustible.
La posición de EEUU y Europa
El apoyo de Estados Unidos a Israel es total y el presidente Biden lo reiteró anoche, afirmando que Hamas «es el mal absoluto». Aún más significativas son las palabras de su asesor Jake Sullivan sobre la ausencia de «líneas rojas»: significa que, al contrario que en guerras anteriores, Estados Unidos no pedirá a Israel que se contenga en su reacción. Al contrario, están dispuestos, con toda probabilidad, a intervenir golpeando a los chiíes libaneses de Hezbolá desde sus portaaviones, en caso de que abran un segundo frente en el norte.
En la Unión Europea, el eurocomisario de Política de Vecindad, el húngaro Olivér Várhelyi, había anunciado la «suspensión inmediata» de toda financiación europea a los palestinos. Pero la Comisión Europea lo ha desmentido, asegurando la continuidad de la ayuda humanitaria y al desarrollo.
El Alto Comisario de Política Exterior, Josep Borrell, aclaró: «Tenemos que distinguir entre Hamas y la Autoridad Nacional Palestina. La primera es una organización terrorista, la segunda es un socio. No todos los palestinos son terroristas. Hubo una clara mayoría, con dos o tres excepciones, en que el apoyo a la ANP debe continuar y los pagos no deben interrumpirse». Las excepciones, informa Francesca Basso desde Bruselas, serían Austria, Hungría e Italia.