Frustrado a nivel nacional por la imposibilidad de torcerle el brazo al titular del Banco Central, y visto con cierto recelo a nivel internacional por sus confusas declaraciones sobre la guerra en Ucrania, el presidente de Brasil, Lola da SilvaFinalmente encontré una razón para celebrar después de casi cinco meses de juicio: Amazonas.
Datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), divulgados por el gobierno brasileño, así lo indican En abril de este año, la deforestación en la Amazonía cayó un 68% con respecto al mismo mes de 2022.. Este es el primer avance en la mente «cero» que Lula hizo como promesas en la campaña electoral que lo llevó a la presidencia por tercera vez.
Según el INPE, en abril de 2023 se talaron 328,71 km2 de selva amazónica, una clara mejora respecto al promedio histórico de 455,75 km2 de ese mes.
el gobierno anterior jair bolsonaro Consideró que la Amazonía debe ser explotada económicamente, principalmente la frontera agrícola se extiende hacia el interior. En los primeros meses del mandato de Lula, continuó la tendencia a la destrucción de la selva amazónica. Entre enero y marzo, la devastación fue récord, llegando a casi 1.400 kilómetros cuadrados.
La deforestación de sabanas y bosques amazónicos a lo largo de 2023 equivalió a un área del doble del tamaño de la ciudad de Río de Janeiro, 850 kilómetros cuadrados.
Marina Silva, que anteriormente ocupaba el cargo, es la ministra de Medio Ambiente a quien Lula encomienda la lucha en los «pulmones del planeta». “Brasil ya hizo este compromiso antes, pasando de cero a 2030. Es un gran desafío, no es una tarea fácil, pero lo principal es que tenemos la determinación de luchar por este objetivo.Silva explicó a EL MUNDO en enero.
«Hoy tenemos una situación trágica. Brasil ya se acercó a esa meta Cero desmontaje Cuando era ministro con el presidente Lula. Tuvimos una disminución del 83 por ciento en la limpieza de tierras. De 27.000 kilómetros cuadrados pasamos a 4.600, y lo estábamos logrando, pero con Bolsonaro todo es completamente al revés. Será más difícil, pero avanzaremos con decisión.
Silva fue ministro entre 2003 y 2008, en las dos primeras presidencias de Lula, pero dejó el gobierno en pugna con el presidente y con el entonces poderoso titular de la Casa Cívica (una especie de jefe de gabinete), Dilma Rousseff, quien asumió la presidencia en 2001. Tan fuerte fue el choque entre Silva y Rousseff que en las elecciones de 2010 se enfrentó a la líder ambientalista, que ya se había desprendido del Partido de los Trabajadores (PT), el favorito de Lula en las elecciones presidenciales. Hoy, Silva vuelve a estar al lado de Lula.