• Directo Guerra de Israel y Hamas en Gaza, última hora
  • Testigo directo Desde la línea de frente en la frontera con Gaza: «Estamos viviendo un trauma nacional»

Este lunes llegó una nueva amenaza: los terroristas podrían atacar Israel utilizando los túneles clandestinos que conectan Gaza e Israel por debajo de la frontera.

La franja de Gaza está rodeada, sitiada y hay pocos pasos fronterizos en una de las zonas más densamente pobladas del mundo. Por eso, los palestinos encontraron en estos túneles la manera de pasar mercancías de contrabando, combustible y armas desde Egipto, pasando por debajo de las vallas. Los primeros túneles fueron excavados alrededor de 1989 por unos pocos «clanes» activados por motivos «comerciales» y con el tiempo se convirtieron en la línea de suministro de los grupos armados.

Hace años, el líder de Hamas Jaled Meshal ya aseguró que «la necesidad es la madre de la invención», en referencia a los túneles. La guerrilla que vive la zona desde hace más de 20 años, ha transformado los túneles con tres fines: logístico, para recibir material de guerra; defensivo, para dificultar eventuales intervenciones terrestres israelíes; y ofensivo, para enviar comandos al interior del Estado judío eludiendo la vigilancia. Los túneles construidos en un primer momento de manera tosca, se convirtieron en estructuras llenas de soportes ligeros, de hasta 60-80 metros de profundidad, capaces de asegurar el tránsito rápido de personas y mercancías. Y los túneles demostraron inmediatamente ser un «aliado» de los milicianos.

Los palestinos los han utilizado para capturar soldados, plantar minas y atacar patrullas. En 2014, los militares descubrieron un pasadizo con cuatro motos en su interior: iban a ser utilizadas para un asalto a un kibutz con el objetivo de secuestrar rehenes. Misión a menor escala que lo ocurrido el pasado sábado.

Crisis tras crisis, estos túneles han entrado en la lista de objetivos prioritarios de Israel. La defensa ha descubierto más de 50 de ellos gracias a los chivatazos y al uso de medios sofisticados. Sensores, sismógrafos y aparatos «secretos» han ayudado al ejército mientras los egipcios inundaban de aguas residuales las zonas situadas a su lado de la frontera.

Varios derrumbes, algunos provocados artificialmente, han causado la muerte de varios mineros. Jerusalén recurrió a la cooperación de Estados Unidos y construyó una barrera subterránea de 60 kilómetros alrededor de Gaza para dificultar la vida de los excavadores. La terminaron en 2021, utilizando 14.000 toneladas de hierro y cemento, con un coste de más de 1000 millones de dólares.

Las fuerzas aéreas, durante el mismo periodo, utilizaron nuevos sistemas para destruir una red de túneles. Pero a juzgar por la advertencia a los ciudadanos en estas última horas, las brechas invisibles siguen abiertas.