Involucrados en una guerra de palabras, los legisladores de Kosovo se enfrentaron brevemente el jueves durante un acalorado debate sobre las medidas para calmar las tensiones en los enclaves serbios en el norte del país.
La pelea estalló cuando el primer ministro Albín Corti Llegó al Parlamento y fue regado por un diputado rival. Esto condujo a una pelea breve pero caótica, con los legisladores empujándose y golpeándose unos a otros. El accidente no dejó heridos.
El Parlamento de Kosovo no es ajeno a este tipo de debates acalorados. Durante sus años en la oposición, Kurti se hizo famoso por disparar botes de gas lacrimógeno durante las sesiones del parlamento, obligando a los legisladores a ponerse máscaras antigás mientras el humo tóxico llenaba la sala.
La confrontación del jueves se produce cuando Kurti promete calmar las tensiones en el norte de Kosovo, donde la presión ha ido en aumento desde que su gobierno decidió instalar alcaldes de etnia albanesa en cuatro municipios de mayoría serbia en mayo pasado.
Esta decisión desató uno de los peores hechos en la historia de las tensiones en el norte del país en años, con manifestaciones, la detención de tres policías kosovares por parte de Serbia y violentos disturbios por parte de los manifestantes serbios que se marcharon. Más de 30 cascos azules de la OTAN resultaron heridos.
Los partidos de oposición de Kosovo se han vuelto cada vez más críticos con el manejo de la crisis por parte de Kurti, acusando al primer ministro de socavar las relaciones de Pristina con varios aliados occidentales.
Kurti se reunirá la próxima semana con el presidente serbio Alejandro Vucic En Bruselas, donde ambas partes están bajo una intensa presión de la Unión Europea para reducir las tensiones.
El conflicto en el norte es solo el último de una larga cadena de incidentes que han sacudido la región desde Kosovo. Declaró su independencia de Serbia en 2008.Casi una década después de que las fuerzas de la OTAN ayudaran a las fuerzas serbias a expulsar a las fuerzas serbias de la antigua provincia en una guerra sangrienta que dejó unos 13.000 muertos.
Belgrado y sus principales aliados, China y Rusia, se negaron a reconocer la independencia de Kosovo e impidieron que ocupara su asiento en las Naciones Unidas. Kosovo está poblado en su inmensa mayoría por albaneses, pero en el norte de la provincia, cerca de la frontera con Serbia, los serbios siguen siendo mayoría en varios municipios.