«¡Hasta el 2050!», arengó Nicolás Maduro para dar por terminada la supuesta Conferencia Nacional por el Diálogo, la Paz y la Convivencia, convocada en medio del atropello contra los miembros de la Comisión Nacional de Primaria (CNP) con la excusa de ratificar los Acuerdos de Barbados, suscritos la semana pasada con la oposición y con la supervisión de Estados Unidos.
El «presidente pueblo» se rodeó de empresarios, líderes religiosos y de colaboracionistas de la falsa oposición, entre ellos los dos aliados estrechos de José Luis Rodríguez Zapatero en Caracas: el diputado Timoteo Álvarez y Antonio Ecarri, candidato a las presidenciales del año que viene, quien se negó a competir en las elecciones primarias convocadas por la oposición.
Pese a que con la arremetida contra las elecciones internas de la oposición Maduro incumple los Acuerdos de Barbados, el «hijo de Chávez» provocó la firma de un documento para exigir la retirada de las sanciones, que el chavismo denomina «medidas coercitivas unilaterales».
«Es como la Franja de Gaza, los bombardeos llegan y matan a todo el que encuentran, no saben si es niño o niña. Así fue el bombardeo de los misiles de las sanciones, les cayeron a todo el mundo. ¿O los misiles cayeron sobre Maduro nada más?», predicó el mandatario revolucionario, que también contó con el respaldo de varios líderes de iglesias evangélicas.
Acuerdo de Barbados. La ‘legitimación’ de Maduro
Acuerdo de Barbados. La ‘legitimación’ de Maduro
Machado incluye al gobierno español en el grupo de aliados de Maduro
Machado incluye al gobierno español en el grupo de aliados de Maduro
El jefe de Estado también aseguró que estas sanciones, alrededor de 900 según el cómputo oficialista, son un chantaje imposible. «¡Nosotros no somos extorsionables, no somos chantajeables. No tenemos esa debilidad, no le tememos a nadie en este mundo!», aseguró.
Maduro fue más allá al afirmar que desde el exterior «buscan poner a un pueblo a enfrentarse y a matarse entre sí, dividirlo para dominarlo. Divide y vencerás, dice ese viejo adagio. Dividir a los venezolanos y enfrentarlos para que nos autodestruyamos».
Entre el público asistente destacaron dos gobernadores opositores (Sergio Garrido, de Barinas, y Alberto Galíndez, de Cojedes); el alcalde del municipio caraqueño de Chacao, Gustavo Duque;Bernabé Gutiérrez, jefe de la Acción Democrática (AD) prochavista, en connivencia con el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y otros factores deslindados de la oposición democrática.
«Lo que queda claro en este acto es que Maduro ha decidido construir la oposición a la medida, tanto en lo político como en lo económico, con todos aquellos que sirven de réplica de lo que manda a decir el gobierno en la construcción de la posteridad contra la primaria», discrepó el dirigente crítico chavista Nicmer Evans.
Pese al empeño del chavismo por mitigar el impacto de la primaria opositora, las consecuencias ya figuran en los libros de ciencia política: la conservadora María Corina Machado obtuvo casi el 93% de los apoyos, más de 2.300.000 votos en unas elecciones autogestionadas contra viento y marea.
«La persecución contra los miembros de la CNP es inaceptable. De continuar, EEUU debería dar un paso atrás en las concesiones hechas al régimen», subrayó Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch (HRW).
Para sorpresa de la oposición, quien también ha reaccionado con celeridad contra la persecución revolucionaria es la Secretaría General de la ONU, que llamó a «implementar de buena fe» el Acuerdo de Barbados.