Medio millar de migrantes han llegado al Reino Unido cruzando clandestinamente el Canal de la Mancha horas después del hundimiento de un bote cerca de la costa del norte de Francia, que causó la muerte de seis afganos en la mañana del sábado. Al menos 58 individuos fueron rescatados del agua en una operación conjunta de los servicios de salvamento franceses y británicos

Un total de 509 personas alcanzaron el litoral inglés en diez embarcaciones pequeñas, en lo que ha resultado ser tres madrugadas consecutivas de intenso tráfico entre ambos países, según datos provisionales del ministerio del Interior del Reino Unido.

Tras un parón en el tráfico de migrantes del 6 al 9 de agosto, atribuido a la lluvia y fuertes vientos dominantes esas noches, el flujo de travesías se intensificó a partir del jueves 10. Esa jornada se registró el máximo de llegadas de 2023, con 756 personas navegando desde la Unión Europea en 14 pateras hinchables. El movimiento se redujo a 343 pasajeros en seis embarcaciones el viernes 11 y abocó al trágico desastre del sábado. Al bote siniestrado se habían subido unos 60 migrantes. Algunos achicaban el agua con sus zapatos intentando prevenir en vano que se hundiera, según testigos del rescate.

La oposición política británica y ONGs piden al Gobierno de Rishi Sunak que facilite rutas seguras de acceso al Reino Unido para los nacionales de países en guerra o en riesgo de persecución. Los fallecidos y la mayoría de los supervivientes del naufragio del sábado son de Afganistán, donde el fundamentalista régimen talibán gobierna desde la salida de las potencias aliadas hace exactamente dos años.

El Ejecutivo conservador desplegó una batería de medidas duras contra la inmigración irregular en la bautizada «semana contra los botes«. Pero las iniciativas estrellas del primer ministro chocaron con la incompetencia en su ejecución, además de la previsibilidad de buen tiempo en agosto.

La inauguración de la barcaza Bibby Stockholm – que está amarrada en el puerto de Portland (condado sureño de Dorset) con el propósito de confinar en sus 222 camarotes a más de 500 solicitantes de asilo- se atascó desde un principio. Varios grupos se negaron a embarcar y los que lo hicieron, un total de 39 solicitantes de asilo, fueron evacuados el viernes debido a un riesgo sanitario. Se había detectado la bacteria de la legionelaen el sistema de agua el lunes e Interior procedió el viernes a desalojar la llamada ‘cárcel flotante’ como «medida de precaución».

Mientras, las pateras siguen llegando a la costa inglesa por el transitado Canal, aunque Sunak mantiene su eslogan de «parar los botes» entre sus promesas más repetidas cara a las elecciones legislativas previstas para 2024. Esta semana se superó el pico de 100.000 migrantes arribados en botes desde 2018, cuando el gobierno británico comenzó a contabilizar el dato diariamente.