Yuri Glodan, soldado procedente de Odessa, ha muerto en el frente. Se unió a las Fuerzas Armadas de Ucrania después de que su esposa y su hija falleciesen en un ataque con misiles rusos en abril de 2022. Su historia es la de una familia borrada por completo por la guerra.
Ocho personas murieron en ese ataque el año pasado, en el que Glodan salvó la vida por poco. Acababa de salir de casa para ir de compras cuando oyó la noticia de la explosión. Volvió corriendo y se encontró con su edificio en llamas. Cuando llegó a su apartamento, encontró los cuerpos de su esposa y la madre de ella, que habían muerto por un misil ruso que había desgarrado los pisos inferiores del bloque. Después halló el cadáver de su hija.
Kyra, de tres meses; su madre, Valeria y la abuela Lyudmila: tres vidas de tres generaciones borradas en un momento por el imperialismo ruso. Un año y medio después también ha muerto el hombre que intentó vengarlas y poner fin a la guerra de ocupación.
Yuri Glodan primero luchó en las filas de Azov y luego en la 3.ª brigada de asalto. «Todos los residentes de Odessa conocen a esta familia», explica en el medio ucraniano Strana Alexander Yakovenko, copropietario del proyecto Make My Cake, en el que Glodan trabajaba como panadero.
Las palabras de Glodan en la BBC fueron hace año y medio un exponente del horror que ha causado Rusia en Ucrania. «El mundo entero acaba de morir ante mis ojos asesinado por un misil ruso». Sobre su mujer decía que «simplemente no puedo encontrar otra persona como ella. Dios sólo puede darlo una vez». Sobre su hija, recordaba «llorar de felicidad» cuando nació -a finales de enero, justo un mes antes del comienzo de la guerra- «y ahora me resulta muy difícil darme cuenta de que mi hija ya no está».
En aquellos primeros compases de la guerra, la muerte de tres generaciones de una misma familia indignó a Ucrania y causó un shock en Odessa. En su discurso de esa noche a los ucranianos, el presidente Volodimir Zelenski clamó: «Parece que matar niños es sólo una nueva idea nacional de la Federación Rusa», calificando de «bastardos» a quienes planearon y llevaron a cabo el ataque.
Aquel día, fiel a su narrativa, el Ministerio de Defensa ruso se limitó entonces a afirmar que en la región de Odessa, «misiles de alta precisión inutilizaron una terminal logística en un aeródromo militar donde se almacenaba un gran lote de armas extranjeras».
«Lo que está pasando es un dolor para mi familia, para nuestra ciudad, para Ucrania, es un dolor para toda la civilización. Espero que nuestra historia ayude a detener esta guerra», le contaba a la periodista Caroline Davies tras perder a su familia. Tras la entrevista, le entregó los pañales que había por casa: «Ya no los necesito». Poco después se alistó. Glodan no ha podido ver el final de la contienda: murió en la misma guerra que su familia. No queda nadie en casa de los Glodan.
Antes de la invasión a gran escala, Yuri Glodan trabajaba como panadero y pastelero en una empresa de restaurantes en Odessa. En 2022, pasó el proceso de selección de la unidad a la que quería incorporarse. «Es muy doloroso perder a tus hermanos, y no es agradable darte cuenta de que en su lugar podrías haber sido tú, y que tú, podrías ser el próximo», explicaba al medio odesio VGorode.
Según ha informado su compañero Yakovenko, el cuerpo de Yuri fue identificado por una cruz que llevaba.
Ataques en Crimea y Dnipropetrovsk
La aviación rusa destruyó este domingo un almacén de misiles en la región ucraniana de Dnipropetrovsk, en el centro del país, informó Reuters.
Parece la respuesta a un ataque perpetrado la víspera con misiles de largo alcance ucranianos contra un astillero en la anexionada Crimea y que ocasionó daños a un buque portamisiles ruso. Ucrania lanzó el sábado 15 misiles de crucero sobre el astillero ruso en la ciudad portuaria de Kerch, en la Crimea ocupada, dañando un barco. El propio Ministerio de Defensa ruso informó de este ataque, que podría socavar aún más las capacidades ofensivas de Moscú. Trece de los misiles fueron destruidos en el aire, mientras que uno impactó en un barco, informó Moscú, que no dio el nombre del buque. Serguei Aksyonov, el jefe de Crimea instalado por Rusia, añadió que no hubo víctimas en el ataque del sábado al astillero de Kerch.
El presidente Zelenski -que trata estos días de hacer frente a los informes de estancamiento y división en el ejército ucraniano- aprovechó para señalar que la mayor capacidad de Kiev para atacar buques de guerra y disminuir las opciones rusas en el mar Negro han socavado los esfuerzos bélicos de Rusia y han ayudado a Ucrania a asegurar una ruta de transporte para exportar su grano.