Orban, Maduro, Trump, Putin o Erdogan. Ven las elecciones como un viaje de ida al poder del que planean no regresar nunca. Algunos la llaman democracia antiliberal, otros la llaman democracia popular, pero son lo mismo: sistemas políticos sin pesos, contrapesos, división de poderes y, sobre todo, sin posibilidad de alternancia. Es difícil para nosotros, los demócratas, entender y aceptar esto, porque nuestros valores son diferentes, pero para ellos es
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