- Asia Kim ofrece a Putin apoyo «en su lucha sagrada» contra la hegemonía de Occidente
Primero fueron varias cartas agradeciendo el apoyo a la invasión de Ucrania. Después, a Pyongyang llegaron cinco sementales y 25 yeguas Orlov Trotter, los caballos más famosos de Rusia. El último regalo de Vladimir Putin a Kim Jong-un ha sido nada menos que un modelo del mismo coche presidencial que utiliza el líder ruso: una limusina negra Aurus Senat.
El pasado septiembre, Kim viajó al Lejano Oriente de Rusia para discutir la cooperación militar entre Pyongyang y Moscú. Aquel viajé sirvió para que ambos presidentes acordaran que Corea del Norte iba a suministrar armas y municiones al ejército ruso para su guerra en Ucrania, mientras que el Kremlin ayudaría a mejorar el programa militar norcoreano, incluido el nuclear.
Todo aquello se cerró a puerta cerrada. Porque ante las cámaras lo que se vio fue al dictador norcoreano, quien tiene una gran colección de vehículos extranjeros de lujo, inspeccionando asombrado el coche presidencial y a Putin invitando a su homólogo a subirse al asiento trasero.
«El automóvil de fabricación rusa fue entregado a los principales asesores de Kim. Ha sido un regalo para su uso personal», rezaba la nota publicada el martes por la agencia norcoreana KCNA, que también compartió unas palabras de agradecimiento de Kim Yo-jong, hermana del líder y número 2 del régimen. «Este regalo sirve como una clara demostración de las relaciones personales especiales entre ambos líderes», señaló.
Cuando se estableció en 1948 la República Democrática Popular de Corea bajo el mando de Kim Il-sung, abuelo del actual Kim, Moscú fue el principal benefactor de Pyongyang. Pero tras la caída de la URSS, China, en plena ebullición económica, ocupó ese puesto. Corea del Norte, que fue dando pasos hacia un hermetismo cada vez más extremo, se entregó totalmente a la dependencia de Pekín para conseguir alimentos, asistencia médica y combustible.
Pero ahora es Moscú quien está reforzando la vieja alianza con Kim, uno de los pocos líderes mundiales -junto con el de Eritrea, Bielorrusia y Siria- que se opusieron a la resolución de la Asamblea General de la ONU que condenaba el ataque ruso a Kiev.
A medida que la guerra se acerca a su segundo aniversario, Moscú recurre a Corea del Norte en busca de ayuda para reponer su agotado arsenal de armas. Según han señalado reiteradas veces desde Washington, después de que Putin y Kim se vieran las caras en Vladivostok, los norcoreanos han enviado misiles balísticos de corto alcance y proyectiles de artillería a Rusia.
«Corea del Norte es actualmente el mayor proveedor de armas de Rusia. Transfirieron una cantidad importante de munición de artillería. Esto permitió a Rusia respirar un poco. Sin su ayuda, la situación habría sido catastrófica para ellos», dijo en una entrevista al Financial Times el general Kyrylo Budanov, jefe de la inteligencia militar de Ucrania.
Se espera que este año sea el presidente ruso quien visite Pyongyang, lo que sería su segundo viaje a la capital norcoreana desde que hace 23 años allí recibido por Kim Jong-il, padre del actual Kim.